Mañana se celebrará reunión de la Comisión Permanente de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, y el punto 9 de la orden del día dice lo siguiente: “Propuesta del Área de Gobierno de Urbanismo y Vivienda para subsanar, a requerimiento de la Comunidad de Madrid, las deficiencias detectadas en el documento de aprobación provisional de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana para la adecuación normativa en materia de protección del Patrimonio Histórico”.
El punto 10 es una pregunta por parte del concejal de UPyD, Mariano Palacios, sobre cómo va a influir la recalificación como Bien de Interés Cultural (BIC), el edificio de La Equitativa (antigua sede de Banesto), una de las piezas principales de la ‘Operación Canalejas’.
La pregunta concreta será “¿Cómo va a influir esta declaración de Bien de Interés Cultural en la citada modificación que se está tramitando, conocida como “Proyecto Canalejas?”
La volumetría interna
El Ayuntamiento de Madrid aprobó en julio, sólo con los votos del PP, la modificación del Plan General de Urbanismo que, entre otras cuestiones, rebaja la protección de los inmuebles considerados BIC, un aspecto crucial para el desarrollo de la Operación Canalejas, que engloba 7 edificios emblemáticos.
Sin embargo, en Vozpópuli ya hemos informado que en el consistorio estaban detectando lagunas legales de esta controvertida medida, más allá de las protestas realizadas tanto por los grupos políticos como por importantes arquitectos.
En el caso de Canalejas, existen dudas sobre la posibilidad de manipular la volumetría interna de los inmuebles, algo que permite la afloración de otros 1.000 metros cuadrados más hábiles.
Hay incertidumbre sobre la posibilidad de unir por dentro esos edificios, modificando por completo su estructura de interiores. Además, la afloración de más superficie útil hace obligatorio ofrecer nuevas dotaciones para la ciudad, como establece la ley. En teoría, se pretende solventar eso con un intercambiador subterráneo de transportes, pero en la oposición señalan que eso no es una dotación para la ciudad sino un beneficio más para el proyecto.
Habrá que ver si esto se traduce en una imposición de cambios al proyecto y si, entonces, los promotores (Santander, que vende, y OHL, que compra) continúan con los mismos bríos con el proyecto. Conviene recordar que Madrid sufrió el fiasco olímpico de Buenos Aires y que el proyecto de Eurovegas parece en el aire. Los días presentes no parecen los más apropiados para generar entusiasmo a la hora de pensar en nuevas explosiones de turismo.
A finales del pasado año, Santander anunció la venta del bloque de inmuebles que ocupan una manzana entera al lado de la Puerta del Sol madrileña. El comprador era OHL, que encargó un diseño al estudio Lamelas para convertir las antiguas sedes de Banesto y el Banco Hispano Americano en un hotel de lujo de la cadena Four Seasons y un centro comercial de alto standing. Sin duda, la principal operación inmobiliaria de Madrid en el año, que venía de la mano de una modificación legal por vía express. Ahora, parece claro que esos cambios legales pecaron de cierta precipitación.
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