El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado hoy que ha cerrado una "alianza estratégica", que firmará esta tarde, con la petrolera mexicana Pemex para construir 14 remolcadores con la participación de los astilleros gallegos. La alianza, una "tabla de salvación" para el sector, hace "arrancar, por fin" al sector naval de esa comunidad autónoma, ha dicho Feijóo.
De los remolcadores comprometidos, siete se fabricarán en astilleros gallegos y siete en colaboración con astilleros mexicanos. Esta alianza también establece la posibilidad de que Pemex adquiera un barco "flotel" que está en construcción en los astilleros privados de Galicia, y de que la empresa mexicana utilice el puerto exterior de A Coruña como "base logística" en Europa, ha explicado Núñez Feijoó. Esta tarde se conocerá el importe económico del contrato. El presidente gallego ha indicado que el acuerdo se negocia desde hace meses y ha recordado la reciente entrevista, el mes pasado, del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el presidente de México, Felipe Calderón, para tratar este asunto.
El acuerdo también abre la puerta a que la empresa mexicana se instale en el puerto exterior de A Coruña, lo que sería una "gran operación" para inaugurar esa infraestructura. Si se concreta esa posibilidad, la presencia de Pemex en el puerto exterior sería compatible con la de Repsol, que en la actualidad está situada en el puerto interior de A Coruña pero cuya concesión en ese emplazamiento finaliza dentro de un año.
Ante el veto de la UE para que Navantia, el astillero público en Galicia, realice construcción civil hasta 2015, Núñez Feijóo ha dicho que la empresa mexicana ya conoce esa circunstancia, pero ha explicado que el documento que firmará señala la "posibilidad" de que la construcción se haga en astilleros públicos o privados.
El acuerdo, que en México se esperaba para julio, ha sido interpretado como una baza para Pemex en el progresivo acercamiento a la dirección de Repsol, de la que tiene un 9,4%, tras la frustrada alianza, el año pasado, de la estatal mexicana con la constructora Sacyr para intentar forzar un cambio en la gestión de la petrolera española. El megacontrato se anuncia a pocos días de la junta de accionistas que celebrará la petrolera española el próximo miércoles.
La otra baza de Pemex es el apoyo de México a los intereses de Repsol tras la expropiación de YPF por parte de Argentina, de cara a la cumbre del G-20 que celebrará el país centroamericano el mes que viene, con el presidente mexicano, Felipe Calderón, como presidente de turno de ese foro.
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