La CNMV tutelará el proceso de forensic de Pescanova y estudiará las sanciones pertinentes, después de que la compañía entregara unas cuentas que “eran impresentables”, según fuentes bien informadas, que añaden que “ni siquiera estaban listas las del segundo semestre”. Todo ello, a pesar de un interminable proceso que comenzó en marzo y contó con una prórroga. Así las cosas, los servicios jurídicos del regulador valoraron la posibilidad de poner el caso directamente en manos de la Fiscalía, aunque finalmente decidieron tutelar la reformulación de cuentas. Por presiones no habrá sido. Parte de la banca acreedora ya le había solicitado o supervisor que relevara al presidente, Manuel Fernández Sousa, y pusiera el asunto en manos de la Justicia.
Entidades pertenecientes al steering comité o comité delegado, formado por Banco Sabadell, Bankia, La Caixa, Royal Bank of Scotland (RBS), Deutsche Bank, Popular, Novagalicia, Deutsche Bank, se personaron por iniciativa propia en la CNMV, solicitando el inmediato relevo del equipo gestor, tras la inesperada situación preconcursal que inmediatamente reveló irregularidades, tanto en las cuentas como en la actuación personal de su máximo ejecutivo. Concretamente, las fuentes consultadas indican que el Royal Bank of Scotland (RBS) realizó esta petición después de celebrarse el primer y único consejo del comité en cuestión.
Los bancos internacionales, aconstumbrados a una resolución de los escándalos más ‘anglosajona’, exigieron actuación inmediata, con un relevo del equipo gestor y una investigación judicial.
Nunca con Sousa
Pese a las deciciones de la CNMV, el comité delegado no ha variado su postura. Insiste en que no facilitará la menor liquidez a la compañía hasta que no estén reformuladas las cuentas y establecido el montante total de la deuda, y, asimismo, la destitución de Fernández Sousa.
En este sentido, en un plazo aproximado de dos semanas deberán conocerse los tres administradores concursales que establezca el juzgado. Uno será sin duda nombrado a instancias de la CNMV y los demás los establecerá el juez.
De momento, no está descartada la posibilidad de que Fernández Sousa continuara como administrador de la entidad, pero entonces, desde el steering comité señalan que no apoyarán ningún tipo de plan de viabilidad y dejarán que el concurso de acreedores siga su curso.
Es decir, la caída de Sousa es una condición sine qua non para que los bancos apoyen el reflotamiento del grupo.
Una vez nombrados, se realizará la tarea de auditoría interna por parte de KPMG, entidad impuesta por la propia CNMV, a pesar de que desde la compañía alimentaria se haya anunciado la contratación como cosa propia.
La empresa gallega mantiene de momento su operativa ordinaria con razonable normalidad, ya que dispone de algunas líneas de crédito todavía y sigue vendiendo en tienda.
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