El viernes a última hora se supo que la filial de Pescanova en Brasil presentaba el preconcurso de acreedores, como ya había hecho con anterioridad las de Chile y Argentina. Un proceso previsto en mercado, ya que le concede a la matriz un tiempo precioso para poner en orden el grupo, al margen de reclamaciones. Una deflagración controlada. Se espera que en breve ocurra lo mismo con Irlanda.
Tal como señalaba el administrador concursal, Deloitte, “la filial de nacionalidad brasileña Pescanova Brasil Ltda. ha presentado ante los tribunales de dicho país solicitud de inicio de procedimiento de Recuperación Judicial (Recuperação Judicial), encontrándose la misma actualmente en trámite de ser admitida.”
Poco a poco, Deloitte intenta hacerse con el control de un grupo con innumerables filiales repartidas por casi todo el mundo, que no pertenecen al 100% a la matriz y que están sujetas a jurisdicciones locales.
Leales
En muchas de ellas están operativos directivos de la entidad que son leales al anterior presidente, Manuel Fernández Sousa.
Mediante este proceso de suspensiones voluntarias, se evita que lleguen instadas desde el exterior y los juzgados de los países afectados designen una administración concursal que se traduciría prácticamente en una liquidación necesaria. Así, Deloitte gana tiempo blindándose ante acreedores y capacidad para gestionar y poner orden.
En breve se espera que llegue la ayuda financiera de urgencia, toda vez que la Xunta ha dado un paso al frente y ha anunciado (no sin cierto escándalo en el sector empresarial) ayudas públicas para una empresa muy importante en Galicia, por lo que representa y los empleos que mantiene.
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