Pescanova ha recibido una prórroga de 8 días laborables por parte de la CNMV para reformular y presentar sus cuentas, lo que le concede hasta finales de la primera semana del próximo mes. Este aplazamiento tiene una duración de la mitad del concedido en el primer requerimiento del regulador. Si no cumple, la compañía se expone ya a sanciones, señalan fuentes conocedoras de la 'crisis Pescanova'.
El primer plazo finalizó el pasado sábado 23. La prórroga le concede hasta el próximo día 4 de abril, por lo que las fuentes consultadas señalan que el viernes 5 habrá llegado el momento ‘no va más’. Entonces, la compañía deberá tener en estado de revista sus estados financieros o se expondrá a sanciones y un segundo requerimiento “con mayor carga de profundidad”, señalan fuentes bien informadas.
En el caso de que la compañía presentara unas cifras no creíbles, los procedimientos continuarían a través de otras instancias, señalan las fuentes.
Tensa espera
Por lo demás, hoy no está previsto que se reúna ni el pool financiero, a pesar de que estaba previsto que lo hiciera todos los martes, pero como todavía no hay cuentas formuladas, prefieren trabajar con cifras sobre la mesa. Habrá que ver si KPMG, el auditor contratado por el pool, logra tener acceso a la información.
Los auditores de la entidad (BDO) como de los acreedores, están ávidos por intentar poner orden y, en especial, delimitar el perímetro de la deuda. Esa será la clave para saber si los bancos están dispuestos a refinanciar, dando su apoyo a un plan de salvamento de la empresa. Una circunstancia sobre la que cada vez hay más tensión. Además de los requerimientos de la CNMV, la compañía está en preconcurso, por lo que el tiempo va en su contra de una manera casi angustiosa ya.
Tampoco hay expectativa de consejo extraordinario, tal como ha solicitado con urgencia Grupo Damm. En este sentido, resulta destacable que Damm y Luxempart podrían forzar la convocatoria si el fondo Iberfomento se sumara a su petición: tres consejeros pueden lograr la celebración de uno en un plazo máximo de 30 días, pero aunque Iberfomento se unió a la cadena de desmentidos iniciada por los dos primeros, no secundó, sin embargo, la solicitud de más consejos.