Pescanova comunicó cerca de las 23 horas del jueves 14 de marzo que continuará con sus planes de refinanciación. El comunicado fue todo lo que se obtuvo del consejo de administración extraordinario solicitado insistentemente por Grupo Damm tras el preconcurso de acreedores presentado el pasado día 1, que tiene como consejero en la firma gallega a José Carceller, de la poderosa familia Carceller, dueña de Damm y con fuertes inversiones en Ebro Foods o Sacyr. Lo principal que se puede deducir del Hecho Relevante es que de momento no hay escenarios de ruptura y que el presidente, Manuel Fernández Sousa, continúa al frente de la compañía.
En un lenguaje poco inteligible, Pescanova señala que:
“En el día de hoy el consejo de Administración de Pescanova se reunió a las 11.30 de la mañana bajo del Presidencia de D. Manuel Fernández de Sousa – Faro, con la asistencia de once de sus doce miembros.
Una vez escuchado el Informe de la Comisión de Auditoria, el Consejo, por unanimidad, acordó ratificar la línea de restructuración de su política financiera y analizó con los Auditores y la información aportada, el progreso de los trabajos referentes al Hecho Relevante comunicado a la CNMV el día 12 de marzo de 2013.
Entre otros asuntos se dio cuenta de la normalidad que la empresa mantiene tanto en sus centros fabriles nacionales como en sus operaciones pesqueras y de acuicultura en el extranjero. Fdo, Manuel Fernández Sousa”.
O sea, de momento continuidad y aparente total tranquilidad, ya que no hay la menor declaración sobre el montante estimado de la deuda, ni si el banco de negocios contratado y despedido la semana pasada continuará. Houlihan Lokey fue requerido para intentar establecer el perímetro real de la deuda, pero dejó la compañía 48 horas después al no obtener la información necesaria.
El pool, asustado
Mientras tanto, el pool bancario se está articulando y se reunirá para establecer actuaciones comunes y elaborar un comité delegado definitivo. Por los contactos que han ido sosteniendo con la dirección financiera han comenzado a dejar caer que el perímetro de la deuda se agranda. "No estará lejos de los 3.000 millones de euros", decían atemorizados anoche.
En dicho encuentro, será crucial determinar qué entidades no están por la labor de refinanciar a Pescanova. Si tan sólo se trata de entidades extranjeras que poseen poco saldo deudor, las demás le recomprarán el paquete para lograr un plan viable, que requiere de la unanimidad de los acreedores.
En cualquier caso, la principal atención recae en las decisiones que adopte Grupo Damm, accionista de referencia con un 6,1%, sólo superado por el propio presidente. Los luxemburgueses de Luxempart, por su parte, parecen de retirada, ya que acaban de notificar la venta de obligaciones convertibles, canjeables en 2019, por un montante equivalente al 0,6% del capital.
Enfado
La familia Carceller tiene un enfado monumental ante lo que parece un caso claro de ocultación de deuda. El grupo cervecero lleva poco tiempo en la compañía y entró con la máxima ilusión. Ahora, siente que se le ha engañado.
Ahora mismo, es necesaria una hoja de ruta para levantar el preconcurso y presentar las cuentas. Luego, habrá que ver las medidas que adopta la familia Carceller en defensa de sus intereses y para intentar reflotar la empresa. Todo eso puede pasar por intentos de un relevo en la gestión (mediante la ejecución de convertibles, alianzas en el consejo, más compras de acciones...) y habrá que ver qué ocurre en el caso de que se denuncien con claridad malas prácticas.
Mientras, comienzan a aflorar inversores oportunistas. Fidelity reconoció ayer haber superado el 1% en la compañía, merced a las compras realizadas el pasado 11 de marzo, justo un día antes de que la CNMV conminara a Pescanova a reconocer sus descuadres contables y algunos fondos españoles que han deshecho su posición recientemente, a costa de materializar pérdidas, alertaban de que “ya están sobrevolando los fondos buitre”.
Estos pueden tener interés tanto en comprar acciones (de momento, la compañía sigue suspendida de cotización) como en hacerse con paquetes de deuda. Sería una mala señal, ya que este tipo de fondos casi nunca entra en las empresas para lograr vías de futuro, sino para hacerse con sus activos con enormes descuentos.
Fondos que entran y salen
En el capítulo de fondos ‘atrapados’, conviene destacar también que Bestinver tiene alrededor de un 2% de Pescanova, aunque su participación no tiene excesiva incidencia en sus fondos (el que más, Bestinver Bolsa, con un 1,5% de la cartera).
La gestora de Acciona no ha formado parte nunca de núcleos activos, pero tampoco se quedará a aguardar disciplicentemente un solución sin más. Como ha comunicado a sus clientes, espera más información para actuar conforme sus intereses. Esta gestora llegó a tener más del 5% de la compañía hace unos años, aunque en los ejercicios recientes ha ido reduciendo paulatinamente su participación.
Otras gestoras conocidas con presencia en la empresa (Metagesión, Gesconsult… y, por supuesto, las grandes) en mayor medida ya la han liquidado, o al menos lo han intentado hasta que el valor fue suspendido. De esta manera, se han anotado las minusvalías, maldiciendo en voz más o menos alta las malas prácticas de la compañía.
Pese al comunicado de Pescanova, la situación está lejos de arreglarse. Por delante, afrontan una investigación de la CNMV por abuso de mercado y falta de transparencia, y deben levantar un preconcurso de acreedores, para el cual hará falta que los bancos colaboren. Pero estos ya dejan caer que la deuda real puede arrojar cifras descomunales. Conviene destacar una última cosa: en los folletos de emisión de Pescanova, en el apartado de “personas responsables de la información”, aparece tan sólo la figura de su presidente.
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