La vieja Pescanova acudirá a los tribunales si los bancos que controlan Nueva Pescanova –Popular, Sabadell, Abanca, Bankia, Caixabank, BBVA, y UBI, entre otros- activan una ampliación de capital que presumiblemente reduciría a la mínima expresión su actual participación del 20% en el grupo pesquero. A pesar de que todavía no hay una comunicación oficial sobre esa posible operación, Pescanova ha decidido mantener una posición beligerante que amenaza las relaciones entre los accionistas de la multinacional gallega.
La postura del actual consejo de administración de Pescanova frente a la previsible operación de los bancos en Nueva Pescanova salió el miércoles reforzada tras celebrar junta de accionistas en Redondela (Pontevedra): más del 80% votó a favor de oponerse a dicha posible ampliación. En la junta el fondo estadounidense Broadbill, con el 3,5% de Pescanova, apoyado entre otros por el expresidente del grupo Manuel Fernández Sousa (con el 7,5%), como avanzó Vozpópuli, propuso un “acercamiento amistoso” a Nueva Pescanova, y señaló que la ampliación podría suponer una mejora. La junta votó a favor de las propuestas del actual consejo de administración de Pescanova, en contra de la expuesta por Broadbill.
Pescanova dice que la ampliación se haría en todo caso por "operaciones cuestionables" de la banca
Pescanova sostiene que en el caso de que los bancos opten por llevar a cabo una ampliación de capital, ya sea mediante créditos u otros instrumentos de capital, ésta puede ser considerada “como un abuso de derecho de la mayoría” y que existiría “base legal sólida para impugnar judicialmente ese acuerdo y emprender medidas legales adicionales”.
La vieja Pescanova considera que de las declaraciones realizadas por el presidente de Nueva Pescanova, Jacobo González-Robatto, con motivo de la junta general ordinaria celebrada el pasado 28 de junio, “parece desprenderse que las razones por las cuales podría proponerse la necesidad de reforzar los recursos propios de Nueva Pescanova no tienen que ver con una necesidad de liquidez o tesorería, lo que en principio haría innecesaria una ampliación de capital con aportaciones dinerarias”. Cualquier ampliación de capital por capitalización de créditos concursales, “traería como consecuencia que la participación del 20% se diluyera parcial o totalmente”.
Los administradores de Pescanova afirman que “de buena fe” aprobaron la reestructuración del grupo hace un año a cambio de mantener el 20% de Nueva Pescanova, y que la ampliación de capital “hoy no es necesaria, y sería consecuencia en todo caso, de operaciones cuestionables realizadas por la propia Nueva Pescanova a partir del cambio de control, que han traído como consecuencia un fuerte deterioro de sus fondos propios”.
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