Demandas, puñaladas, acusaciones, decenas de miles de euros empleados en las candidaturas, llamativos actos de inicio y cierre de campaña... ¿Por qué las elecciones al Colegio de Abogados de Madrid, el ICAM, que se celebran mañana miércoles, levantan tantas pasiones?
Javier Íscar, candidato apoyado por la actual decana, Sonia Gumpert, ha acusado a su, a priori, principal oponente en la carrera por el ICAM, José María Alonso, de pretender privatizar el organismo y de estar apoyado por la escuela de negocios ISDE. Alonso, presidente en España del despacho internacional Baker & McKenzie, acusa a Íscar de usar la base de datos del Colegio para contactar con potenciales votantes, de derroche en los gastos del ICAM, de falta de transparencia...
Tanto Íscar como Alonso han contratado a reconocidos profesionales de la comunicación política como jefes de prensa de sus candidaturas. En las últimas dos semanas, ambos han estado ofreciendo entrevistas desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche la mayor parte de los días. Íscar admite que su campaña ha contado con 75.000 euros de financiación, de los cuáles él ha aportado 20.000 euros. Alonso estima que gastará en total unos 100.000 euros -en una entrevista con este diario Íscar dijo que calculaba que su oponente habría gastado medio millón de euros-, de los que 40.000 salen de su bolsillo.
De los 15 cursos de formación que organizaba el ICAM en 1986 se ha pasado a 650 en 2016
El presidente de Baker & McKenzie inició su campaña organizando un acto en la discoteca Pachá de Madrid al que asistieron cerca de 1.000 personas, y la terminará con otro este martes en el Hotel Meliá Castilla. Íscar comenzó su campaña en la Real Fábrica de Tapices, al que acudieron medio millar de personas, y la dio por concluida el lunes con un acto en el restaurante Mayte Commodore.
Vozpópuli ha mantenido en las últimas semanas entrevistas y conversaciones con abogados que en el pasado fueron candidatos a presidir el ICAM, además de con los actuales, y otros profesionales de la abogacía colegiados. Los principales candidatos a presidir el Colegio afirman que es el deseo de mejorar la institución y el de servir al gremio lo que les lleva a presentarse. Pero el resto de fuentes consultadas indican otros motivos. El prestigio que supone presidir el Colegio de Abogados de Madrid, y la posibilidad de organizar cientos de cursos de formación así como actos de arbitraje, son las principales razones que los entrevistados mencionan a la hora de tratar de explicar por qué es tan golosa la presidencia de un organismo que representa a más de 76.000 abogados.
"Presidir el ICAM te da poder y prestigio", dicen varios de los abogados consultados. "El presidente del ICAM a lo largo de su mandato se sentará con el Ministro de Justicia, quizá con el presidente del Gobierno, por qué no con el Rey", comentan. "Su agenda de contactos crece en número y en calidad", añaden.
Un contrato firmado con IBM en 2016 por tres millones suma retrasos y 0,9 millones más de lo presupuestado
La gestión de los 30 millones de euros que anualmente ronda el presupuesto del ICAM es otro de los motivos apuntados. Y también la plantilla del Colegio, cerca de 200 personas: "Pueden enchufar a amigos y conocidos", señalan.
Pero es la organización de los cursos de formación y de los arbitrajes lo que más suspicacias levanta. De los 15 cursos que el ICAM comenzó organizando en 1986 a través del Centro de Estudios, se ha pasado a 650 en 2016, casi el doble que sólo hace dos años. Más de 16.000 personas asistieron a esos cursos el pasado año, de los que 5.857 lo hicieron de forma gratuita.
De acuerdo a la Memoria del ICAM de 2016, ese año el Colegio gastó 546.014 euros en pagar a los ponentes de los cursos. Y otros 100.812 euros para sufragar los cursos por internet, a pesar de que estaban sólo presupuestados 30.000 euros. Por esos cursos, en total, el ICAM ingresó el pasado año 1,66 millones de euros. Y para 2017 el ICAM presupuestó un gasto de 720.000 euros para el pago de los ponentes, la plataforma por internet utilizada, y la documentación de los cursos empleada.
"¿Quién da esos cursos y por qué?", se pregunta un antiguo candidato a presidir el ICAM. "Hemos preguntado en las juntas, hemos solicitado que se desglosen esos gastos, pero no se ha ofrecido esa información", dice.
Para este año el Colegio prevé gastar 590.000 euros en la remodelación de salas y delegaciones
Las contrataciones efectuadas por el ICAM para renovar salas de reuniones o inmuebles, o con otras compañías, también llaman la atención de los más críticos con la gestión del organismo. En particular, durante esta campaña electoral se han puesto de manifiesto por parte de los contrincantes de Javier Íscar dudas sobre un contrato firmado con IBM.
En abril de 2016 el ICAM firmó con la división en España del gigante tecnológico un contrato para "poner en marcha el proyecto de transformación digital que nos dotará de una infraestructura en la nube y nos permitirá alcanzar el desarrollo e integración de todas las aplicaciones y servicios del Colegio con una visión 360º", informaba la Memoria del ICAM de 2016. El citado proyecto debería haberse puesto en marcha este año, pero no ha sido así.
En una entrevista con este diario, José María Alonso denunció que el contrato con IBM, además de los retrasos que existen sobre la implantanción del proyecto, lleva "una derrama de 900.000 euros". En el Presupuesto estimado por el ICAM para 2017, el organismo señalaba que el "proyecto de transformación digital iniciado en 2016", se financiará con cargo a resultados de años anteriores "y no requerirá de fondos adicionales".
Para este año el ICAM presupuestó un gasto de 590.000 euros, 100.000 euros más que en 2016, para la renovación de once delegaciones, del Salón de Actos y Centro de Estudios, la sustitución del sistema de detección de incendios y la revisión del sistema de climatización de los edificios.
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