Un informe está enredando las semanas posteriores al rescate de Banco Popular. Se trata de la tasación independiente que Deloitte hizo de la entidad ahora filial de Banco Santander. Hay dos frentes de polémica en torno a este informe: por qué el Frob omitió una parte de la valoración en su documento oficial, tal y como destapó ayer Vozpópuli; y por qué el fondo de rescate europeo (SRB, por sus siglas en inglés, o JUR) se niega a hacer público el informe de Deloitte.
Sobre el primero de los puntos, nadie quiere asumir la responsabilidad. El documento del Frob del 7 de junio hacía solo mención a la valoración en los dos peores escenarios, dando un resultado de entre -2.000 y -8.000 millones. Pero había una tercera, de en torno a 1.500 millones positiva, que no figuró en el documento del Frob. Este comunicado es vital, ya que es el que marcó que centenares de miles de inversores perdieran todo su dinero apostado en el banco.
Ninguno de los dos organismos hizo comentarios este viernes sobre la omisión de los 1.500 millones. Aun así, fuentes financieras envueltas en el proceso aseguran que el Frob se ve como un mero ejecutor de las órdenes del fondo de rescate europeo en todo el proceso de Popular. Fue la JUR quien pidió el informe a Deloitte, quien dictó el proceso de resolución y quien supervisó todo el proceso, hasta la venta a Santander.
Sin embargo, otras fuentes consultadas por este medio, también involucradas, aseguran que el Frob tenía la valoración de Deloitte en los tres escenarios cuando redactó el informe. Pero por alguna razón decidió omitir la más optimista y dejar sólo el rango -2.000/-8.000 millones. "Perfectamente podrían haber puesto la tercera cifra, no sé por qué no lo hicieron", explican estas fuentes.
Explicaciones
Desde el entorno del fondo de rescate se dan dos posibles explicaciones. La primera, que la cifra optimista -los 1.500 millones- "no es relevante", ya que en los procesos de resolución y rescate de bancos sólo se usan los otros dos escenarios.
La segunda justificación es que aun teniendo en cuenta la valoración positiva, de 1.500 millones, la media aritmética de las tres cifras es -2.900 millones, con lo que los accionistas y bonistas también hubieran perdido su dinero. Aun así, lo que determinó las pérdidas de los inversores no fue el informe de Deloitte sino la oferta de Santander. Si ésta hubiera sido más alta (de un euro), se hubieran salvado parte de las apuestas.
El Frob quiere atajar el clima creado en torno al informe de Deloitte y ha reclamado al fondo de rescate europeo que lo haga público
En medio de esta polémica surge el segundo gran interrogante, de por qué el fondo de rescate europeo se niega a hacer público el informe de Deloitte. Este organismo está dividido al respecto, pero parece que de momento gana la posición de no hacerlo por cuestiones legales.
Todo ello a pesar de que la presión para que se haga está siendo fuerte desde España, con declaraciones públicas hechas por el ministro de Economía, Luis de Guindos, y con una petición formal por parte del Frob.
Tanto el Fondo de Reestructuración como su homólogo europeo se juegan mucho con estas decisiones ante la avalancha de recursos, demandas y querellas que está habiendo y va a haber. Aunque el que dirigió el proceso fue la JUR, el que puso la firma en el documento oficial fue el Frob. De ahí que, de momento, las reclamaciones se estén dirigiendo contra ambos organismos.
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