Lejos de amainar, la avalancha de pequeños terremotos que ha asolado en los últimos días el Golfo de Valencia ha seguido creciendo. El presidente de ACS, Florentino Pérez, dueño del almacén subterráneo El Castor, ha seguido inyectando gas colchón hasta que se han terminado las existencias que había destinado el Ministerio de Industria y Energía para poner a punto el reservorio situado a 22 kilómetros de la costa de Vinaroz (Castellón) y a unos 1.700 metros de profundidad.
Según los datos actualizados del Servicio de Información Sísmica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), hasta ayer se han producido en la zona del Golfo de Valencia, frente a la costa de Peñíscola, Benicarló y Vinaroz, 140 pequeños seísmos.
Como ya informó Vozpópuli, en sólo seis días, desde que el 11 de septiembre la empresa del presidente del Real Madrid comenzara a inyectar gas, se produjeron unos 100 terremotos, la mayoría de ellos de muy baja intensidad aunque algunos llegaron a una magnitud de 3 grados en la escala Richter (viernes 13 a las 6:35 horas).
Y en los siguientes seis días, hasta ayer noche, el número de pequeños seísmos se ha disparado hasta los 140, también la mayoría de ellos de baja intensidad (son imperceptibles para el ser humano). El de mayor magnitud se produjo el jueves 19 a las 19:08, de 2,6 grados.
El alto número de terremotos en tan pocos días ha puesto en guardia a los ayuntamientos de Vinaroz, Benicarló y Peñíscola, que han exigido a ACS más transparencia e información más detallada sobre los sismos
El alto número de terremotos producidos por las inyecciones de gas en El Castor y el hecho de que todos se hayan concentrado en tan pocos días, ha provocado honda preocupación en la zona afectada, por las posibles consecuencias que esto pueda tener en la estabilidad sísmica de la zona en el futuro, sobre todo cuando el almacén subterráneo entre en operación comercial y se produzcan entradas y salidas de gas de forma continuada.
Recaredo del Potro, presidente de Escal UGS, la compañía controlada en un 70% por ACS que explota El Castor, ha explicado a Vozpópuli que "todo estaba previsto y dentro de los parámetros esperados. Habíamos avisado de que se producirían microseísmos, aunque no hicimos una estimación de cuántos podrían producirse, dado que cada zona tiene sus propias condiciones y mecanismos sísmicos. Por eso decidimos comprar nosotros dos sismógrafos para que desde el Observatorio del Ebro se siga con exactitud el proceso y hemos informado a los ayuntamientos de que no hay riesgo alguno para los ciudadanos".
Escal UGS y el Instituto Geográfico han tranquilizado a los ayuntamientos, pero Compromís ha pedido a la Comisión Europea que vigile de cerca las inyecciones de gas y sus consecuencias
Los ayuntamientos de Vinaroz, Benicarló y Peñíscola han firmado una carta conjunta en la que señalan que "Escal UGS considera normales y previsibles los microseísmos producidos hasta el momento, en la medida en que todos ellos han sido de magnitud inferior a 3, que son imperceptibles para las personas y sólo registrados por los sismógrafos, siendo un 95% de los producidos inferior a 2, transmitiendo tranquilidad a los vecinos y ofreciendo a los alcaldes toda la información al respecto. Tras la reunión con Escal UGS y la información recibida por los organismos competentes para valorar la trascendencia de los hechos acaecidos se transmite por parte de todos ellos que no existe motivo alguno que justifique la preocupación de ningún ciudadano".
Sin embargo, la Coalición Compromís ha denunciado ante la Comisión Europea la sucesión de terremotos provocado por la inyección de gas y ha exigido que desde Bruselas se vigile de cerca todo el proceso. También los tres ayuntamientos de la costa afectados por los seísmos han reconocido a Vozpópuli que su encuentro con Escal UGS ha sido tranquilizador, pero que a partir de ahora quieren que la compañía de Florentino Pérez sea más transparente y facilite toda la información disponible, en línea con la que también ofrece el IGN.
Sobre todo porque los microseísmos se siguen produciendo aunque Escal UGS ha dejado ya de inyectar gas. Según su presidente, el 16 de septiembre fue el último día que se inyectó gas, pero al día siguiente, el mismo 17, se produjeron nueve seísmos. Y todavía se siguen produciendo día tras día, aunque ya no se está inyectando gas.
Fuentes de Escal UGS confirmaron que la idea era seguir inyectando gas hasta poner a punto el almacén, pero se terminaron las reservas facilitadas por Industria, que es quien compra el gas para El Castor, y sólo han podido meter "un tercio del gas colchón que teníamos previsto. Ahora, esperaremos a que Industria nos diga cuándo tendremos más gas para seguir inyectando".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación