"Basta ya". Dos palabras resumen el estado de ánimo de las pymes españolas, que representan el 99,8% del tejido empresarial español. A través de un durísimo manifiesto, la patronal Cepyme ha querido dejar constancia del profundo malestar por la "injerencia" y la "política persecutoria incriminatoria" del Gobierno de Pedro Sánchez. Una campaña que, a su juicio, extiende una "desconfianza infundada" hacia los empresarios y "menoscaba la flexibilidad y el buen funcionamiento" de sus negocios.
El manifiesto ha sido aprobado este miércoles en Madrid, en la Asamblea General de Cepyme. El impulsor del comunicado, directo y rotundo, es el presidente de la patronal, Gerardo Cuerva. Representa los intereses de las casi tres millones de pequeñas y medianas empresas que impulsan la actividad económica del país. La publicación del manifiesto se produce en pleno ultimátum del Ministerio de Trabajo para sacar adelante la reduccion de la jornada laboral a 35,7 horas. Para los empresarios, esta es una afrenta más de las muchas que ha protagonizado el Gobierno de coalición.
La paciencia de las pymes se agota, de ahí que su patronal inste a realizar una "defensa activa" contra el "goteo de medidas de control, de supervisión y de sanciones" aprobadas en los últimos años. Cepyme cree que ese 'acoso' tiene un origen claro: la desconfianza hacia el cumplimiento de las normas por parte del empresario. El "basta ya" -literal- de la patronal va contra el empeño del Gobierno en "aplicar al empresario el principio de culpabilidad en cualquiera de sus acciones".
"La sobrerregulación y el excesivo control que se está imponiendo sobre la empresa, las continuas políticas tendentes a aumentar la carga de costes y burocracia, la política continuada de aumento de costes y cargas burocráticas, fiscales y sociales se combina con un discurso estigmatizador y un cambio de cultura que se está procurando sobre la figura del empresario basada en la persecución de los beneficios, la rentabilidad y el éxito en los negocios", asevera el manifiesto.
Preocupa que la empresa deje de ser vista como "un actor fundamental de la sociedad para ser utilizada como un instrumento de polarización política". Ese "estereotipado negativo del empresario" tiene consecuencias peligrosas, al deteriorar el clima para hacer negocios en el país, según Cepyme. Un elemento indispensable para el avance de la inversión y la creación de empleo.
Las pymes reivindican sus beneficios
La sensación de culpabilidad extendida desde Moncloa ha llegado hasta el punto de que las empresas se ven en la obligación de reinvindicar su sentido de ser. "El objetivo de las empresas es obtener beneficios. Y esto no debe avergonzarnos", señala el documento de la patronal. "Sólo las empresas con beneficios sobreviven y sólo las empresas con beneficios sólidos pueden invertir, aumentar sus plantillas e incrementar los salarios. Cuando una empresa obtiene beneficios enriquece a toda la sociedad".
En su manifiesto, las pymes respeto a la negociación colectiva y el diálogo social, en clara referencia al último asunto laboral candente que Moncloa tiene entre manos (el recorte de la jornada laboral). Las empresas reclaman "una ordenación del tiempo y los recursos del trabajo sin injerencias" y un descenso de "las cargas sociales y una fiscalidad que no lastren la competitividad".
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