Los detalles sobre la conversación que mantuvo el maquinista del Alvia Madrid-Ferrol siniestrado el pasado miércoles con el interventor de Renfe que se encontraba a bordo ha trasladado el debate sobre el trágico suceso a la seguridad del empleo de las comunicaciones telefónica a bordo. No obstante, por los detalles que han trascendido, el maquinista no incumplió ninguna de las recomendaciones de la compañía sobre el empleo del teléfono.
De acuerdo con la declaración voluntaria que el propio maquinista realizó este miércoles ante el titular del juzgado número 3 de Santiago de Compostela, encargado del caso, poco antes del accidente recibió una llamada del interventor de Renfe que iba a bordo del tren.
En las consignas de la Dirección de Seguridad en la Circulación de la compañía sobre el uso del teléfono figura la prohibición de emplear en marcha el teléfono, de no mediar algún tipo de emergencia.
Según publicaba el miércoles El País en su edición digital, el interventor de Renfe admitió haber realizado la llamada al maquinista aunque el contenido de la misma no respondía a una cuestión urgente, sino al caso de una familia que viajaba a bordo y quería abandonar el tren en la estación de Pontedeume (La Coruña).
Aprovechar las paradas
Sin embargo, en origen la llamada podría entrañar una emergencia por provenir del interventor de Renfe. En este caso, la recomendación de la compañía señala que el maquinista debe asegurarse de que no existe riesgo al atender la llamada y además limitar la conversación a lo estrictamente necesario.
Las instrucciones dictadas por Renfe hacen hincapié en la prohibición de no utilizar el móvil personal durante el viaje, hasta el punto de que los maquinistas deben llevarlo en silencio e, incluso, “a ser posible con un mensaje automático que le indique al llamante tu situación”.
Al mismo tiempo, las citadas recomendaciones instan a los maquinistas a aprovechar las paradas largas para consultar mensajes y llamadas aunque sin olvidar prestar la debida atención al reinicio de la marcha.
El precedente de California
La comunicación de la Dirección de Seguridad en la Circulación de Renfe sobre las normas del uso de las comunicaciones refiere el caso de un accidente acaecido en 2008 en el estado norteamericano de California, cuando se produjo un choque frontal de un tren de viajeros con otro de mercancías que arrojó un trágico saldo de 25 muertos y más de un centenar de heridos.
En aquel suceso, no fue posible contar con el testimonio del maquinista del tren de viajeros porque fue una de las víctimas mortales pero la investigación posterior concluyó que había utilizado su teléfono móvil para enviar cinco mensajes (SMS) instantes antes del accidente. El empleo del terminal le distrajo de tal manera que no apreció una señal de parada que se encontraba en el recorrido mientras manipulaba el móvil y ni siquiera llegó a accionar el freno.
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