La estrategia de Repsol para impulsar su inversión en el sector de las energías renovables podría tener como consecuencia la venta de un nuevo paquete de acciones de Gas Natural, su histórica participada en la que aún mantiene un 20%. Según apunta una información de Bloomberg, la petrolera estudia diversas alternativas con el fin de obtener liquidez para financiar adquisiciones en el área de las energías limpias y una de ellas sería repetir una operación similar a la que ejecutó hace algo más de un año, cuando vendió al fondo GIP un 10% de la gasista.
El estado de las negociaciones se encuentra aún en una fase preliminar y la decisión de Repsol no es aún ni muco menos definitiva. La petrolera ha manifestado en alguna ocasión que su participación en Gas Natural podría ser una alternativa con vistas a obtener fondos con los que reforzar su apuesta por las renovables, que ya ha tenido algunos hitos como la suscripción junto con otras grandes petroleras de un fondo de 1.000 millones para la inversión en energía verde o la contratación del banco de negocios Alantra para la búsqueda de oportunidades en esta área.
A precios actuales de mercado, la participación de Repsol es Gas Natural está valorada en algo más de 3.700 millones de euros, aunque la posible desinversión podría también efectuarse de forma parcial con el fin de conservar aún una participación en la compañía que preside Isidro Fainé. Fuentes de Gas Natural y de Repsol no han realizado comentarios acerca de la información.
En los primeros minutos de la sesión bursátil, las acciones de Gas Natural mostraban descensos en torno al 0,6% en una jornada en las que los índices generales muestran moderados avances. Mientras, Repsol repunta algo más de medio punto porcentual.
Reducción de deuda
En octubre del pasado 2016, Repsol y La Caixa culminaron un proceso de desinversión en Gas Natural con la venta de sendos paquetes del 10% a GIP, en una operación por la que el fondo canadiense pagó algo más de 3.800 millones de euros.
En el caso de la petrolera, los ingresos de la venta fueron destinados prácticamente en su totalidad al objetivo de reducir deuda. Una meta que se ha cumplido con creces hasta el punto de que la compañía recibía hace algunos días una noticia que llevaba largo tiempo esperando: una mejora en su calificación crediticia.
En concreto, la agencia Standard & Poor’s elevó la nota de la petrolera hasta BBB (desde BBB-) con perspectiva estable gracias a los esfuerzos realizados por la compañía en los últimos años para recortar una deuda que se ha instalado hace tiempo por debajo de los 10.000 millones de euros. Incluso, la agencia abría la puerta a la posibilidad de que Repsol incrementara la retribución al accionista.
Por el momento, la compañía analiza diferentes posibilidades para dar los próximos pasos para elevar sus posiciones en energías renovables, muy pendiente también de lo que sucede en el sector eléctrico, donde hace tiempo que empezó a sonar la música de baile de fusiones y adquisiciones para una nueva consolidación del sector. Un escenario factible para anticiparse y soltar algo de lastre en Gas Natural.
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