Un objetivo: despejar las dudas del sector financiero español. Esa es la promesa que aparece bajo la cifra que hoy anunciará Economía tras los dos test de estrés realizados por Roland Berger y Oliver Wyman a la cartera crediticia de la banca española. Sin embargo, Santander y BBVA pretenden que el anuncio tenga más recorrido que la merca publicación de las necesidades de capital y realice una clara distinción de las entidades entre las sanas de las zombis. Pero el Gobierno no parece estar por la labor. La intención de Economía es comunicar únicamente el montante total de las necesidades de capital del sector, paso previo a la petición formal del rescate al sistema financiero, que contará con una línea de crédito europea de hasta 100.000 millones. “No se dirán nombres, sólo se anunciará la cifra”, comentaban ayer fuentes del Gobierno. Sin embargo, desde el sector se confia en que Mariano Rajoy, principal defensor de que sólo diese a conocer la cifra, cambie de postura antes de la comunicación oficial, prevista para el cierre de mercado.
A lo largo de toda la tarde, Santander y BBVA mantuvieron contactos con Economía solicitándole que este ejercicio sirva para acabar de una vez por todas con las incertidumbres sobre la solvencia de la banca española, según aseguran fuentes del sector. Así, los dos grandes pidieron a Luis de Guindos que, junto a la publicación de la cifra, Economía distinga al sector en cuatro clase de entidades: las solventes que no necesitan ayuda en ninguna circunstancia; las solventes que tienen que realizar algún tipo de medida correctora; las solventes que necesitarán ayuda pública en forma de préstamo (‘cocos’ o Frob 1) pero con capacidad de devolverlo y las zombis, que necesitarán inyección directa de capital. Mientras, Bankia quedaría fuera de estos cuatro grupos.
Según el informe del sector financiero del Fondo Monetario Internacional, Santander y BBVA no necesitarán ningún tipo de ayuda incluso en el peor de los escenarios macroeconómico planteado por cada una de estas dos consultoras externas. La idea aparece confirmada en las conclusiones de los test de Roland Berger y Oliver Wyman. A ellos se podría sumar el Sabadell, si las cifras sobre las que se han estresado las carteras son las más actuales y no las del cierre del ejercicio de 2011. Con los datos de 2012, el banco presidido por Josep Oliu quedaría fuera de toda duda, merced a la inyección de capital de 2.500 millones recibida por la compra de la CAM, el EPA concedido a la caja alicantina, además de otras medidas mitigadoras, como la pasada ampliación de capital de 2.300 millones o los distintos canjes de preferentes del Sabadell y de la propia CAM.
“La Caixa sólo quiere que se divida al sector en dos grupos: los que pasan y los que no”, explican fuentes del sector
De tomarse en consideración los datos de cierre de 2011, el Sabadell integraría el segundo grupo, el de las entidades viables con alguna medida correctora, junto a Bankinter, Kutxabank y La Caixa. La entidad presidida por Isidro Fainé también hizo lobby con alguna que otra entidad para evitar una clasificación tan amplia del sector. “La Caixa sólo quiere que se divida al sector en dos grupos: los que pasan y los que no”, explican fuentes conocedoras del proceso.
En el tercer grupo, el de las entidades que recibirían ayuda pública en forma de préstamo, estaría formado por el Popular, los nuevos socios Ibercaja y Liberbank, además de Unicaja, junto a Caja España-Duero. “La compra del Pastor sin ningún tipo de ayuda está penalizando al Popular en estos ejercicios”, aseguran desde el sector. Hace una semana, el presidente del Popular, Ángel Ron, aseguró que su entidad no necesitaría ningún tipo de ayudas públicas para hacer frente a los resultados de las dos consultoras.
Por último, según los datos que manejan varias entidades, BMN, el banco liderado por CajaMurcia, podría ingresar en el grupo de las entidades nacionalizadas, junto a Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia. Los cálculos estiman que BMN necesitaría más de 3.000 millones para cubrir sus necesidades de capital, a los que tendría que unir la devolución, y el pago de los intereses anuales al 7,75%, de los 915 millones recibidos en forma de préstamo del FROB 1.
En cuanto al volumen de capital que necesitará el sector, algunas fuentes aseguran que la cifra puede elevarse hasta los 100.000 millones. Sin embargo, la banca española no consumirá todo la línea de crédito aprobada, el pasado 9 de junio, por el Eurogrupo. El sector puede hacerse cargo de alrededor de 40.000 millones, mediante una serie de medidas como la generación de resultados, canje de preferentes y otro tipo de instrumentos de capital, desinversiones en participadas o venta de carteras de créditos morosos.
Roland Berger y Oliver Wyman han proyectados sendos test de estrés con dos escenarios macroeconómicos: el actual y otro estresado, con caídas del PIB superiores al 4%. Estos escenarios se han proyectado sobre la cartera crediticia del sector para los próximos tres años. Las entidades que no necesitan ningún tipo de ayuda necesitaban mantener en este trienio un nivel de capital superior al 7%, en el caso del escenario estresado, y del 9%, en el normal.
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