La esperanza de que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales y los sindicatos alcancen un acuerdo sobre la negociación colectiva es cada vez más escasa. Las dos partes han mantenido varias reuniones técnicas durante las últimas semanas, pero en ninguna han dado pasos decisivos y, poco a poco, se acerca la fecha límite en la que la patronal ha asegurado que se levantará de la mesa: Semana Santa. La CEOE busca un pacto de salarios que se extienda durante dos o tres años y se ha marcado una línea roja que no está dispuesta a rebasar: en ningún caso quiere que se incluya una cláusula de revisión anual.
Esto supondría que al final de cada año los salarios se revisarían según el IPC, algo que la CEOE no considera necesario a tenor de la escasa inflación que se ha registrado durante los últimos ejercicios. En 2017, fue del 1,1%, en 2016, del 1,6%, en 2015 el dato fue plano (0,0%) y en 2014 se registró una deflación del -1%.
Por esta razón, la patronal cree que los sindicatos deberían renunciar a incluir esta cláusula, que tuvo sentido en otro tiempo, cuando el IPC estaba desatado y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores al final de cada año era mucho más evidente, pero que actualmente no es necesaria, a su juicio.
La organización presidida por Juan Rosell sabe que al otro lado de la mesa se encuentra a unos agentes sociales que han realizado una exhibición de fuerza en la calle durante las últimas semanas. Las manifestaciones del 8 de marzo –Día de la Mujer Trabajadora- y de los pensionistas han movilizado a una buena parte de la izquierda y eso ha rebajado su presión para firmar una subida salarial. Máxime cuando las fuerzas progresistas tratan de incrementar votos y podrían abrirse a negociar acuerdos parlamentarios.
En la CEOE esperan que antes de Semana Santa los primeros espadas de ambas partes se citen para tratar decididamente de desbloquear la negociación. La patronal propone una subida de sueldos de entre el 1,2 y el 2% y el establecimiento de un complemento variable que estará ligado a la competitividad de las empresas. Principalmente, porque la recuperación económica es asimétrica y no se ha producido de la misma forma en todos los sectores.
La patronal propone una subida de sueldos de entre el 1,2 y el 2% y el establecimiento de un complemento variable que estará ligado a la competitividad
En la organización tienen la certeza de que que los sindicatos presionarán al máximo, sobre todo en lo relativo al complemento variable. En público han difundido posturas de máximos, como la que sostenía que el salario mínimo interprofesional debe aumentar en España desde los 735,90 euros actuales hasta los 1.000. La esperanza de la CEOE es que, en privado y en el momento definitivo, impere la cordura en sus interlocutores.
Las fuentes de la CEOE consultadas por este periódico coinciden en afirmar que el pacto todavía es posible si ambas partes tienen esa voluntad. Ahora bien, reconocen que es complicado que los sindicatos acepten que el variable esté ligado a la productividad, puesto que supondría una renuncia a la que actualmente no están obligados. Máxime tras haber anunciado un acuerdo que implicará un incremento de hasta el 8% del salario de los empleados públicos durante los últimos años. Y máxime con la izquierda movilizada y con los partidos a la caza de potenciales votantes, sumidos en una espiral de 'tacticismo' político.
Mesa de negociación obsoleta
No hay que olvidar que la patronal ha dejado claro recientemente que, a su juicio, las empresas españolas necesitan de una modernización de la negociación colectiva para ganar competitividad.
La CEOE también ha pedido flexibilizar los sistemas de contratación y despido; mejorar la Formación Profesional, poner coto al abstentismo laboral y actualizar los modelos de formación del personal. Una de las últimas propuestas que ha realizado defiende la posibilidad de crear contratos de formación para los mayores de 45 años.
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