El grupo venezolano Sambil se toma con calma la reapertura del centro comercial Avenida M-40, en el municipio madrileño de Leganés (al sur de la capital), cuya compra anunció en diciembre pasado por 17 millones de euros. Entonces, Roberto Cohen, director del grupo (experto en construcción y explotación de este tipo de centros), anunció su reapertura para finales de este año. Pero el centro sigue como lo dejó su anterior propietaria, la portuguesa Sonae, cuando abandonó su explotación hace casi tres años: cerrado a cal y canto y acumulando grietas.
Sambil tiene previsto reformar el centro (sobre todo el interior), pero de momento en el complejo, ubicado junto a la autovía M-40 y frente al popular barrio leganense de La Fortuna, no ha entrado una piqueta. Así lo confirma el segundo Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Leganés y concejal de Hacienda y Patrimonio, José Javier de Diego, que subraya que la reactivación del complejo "no requerirá mucha obra" y señala que hace unos meses, cuando Sambil presentó el proyecto al consistorio, el grupo dijo que el centro se abriría, como pronto, en el primer trimestre del año que viene.
Según De Diego (la empresa no ha querido hacer comentarios), Sambil ya ha firmado el contrato con una empresa especializada para la comercialización de los locales del centro, que tiene una superficie de unos 60.000 metros cuadrados repartidos en cinco plantas (dos para aparcamientos subterráneos) y unos 200 establecimientos comerciales.
Sambil se enfrenta al reto de diferenciar la oferta de Sambil frente a su extensa competencia. Leganés (190.000 habitantes) vio proliferar los centros comerciales como setas en los años del boom y cuenta con, entre otros, el complejo Parquesur (el que mejores resultados de venta presenta en toda la Comunidad de Madrid), Islazul (ubicado en el término municipal de Madrid pero a escasos metros del M-40) y Plaza Nueva, en Leganés Norte.
La localidad tiene, además, dos centros de El Corte Inglés (uno de ellos ubicado en el propio Parquesur), o tres, si se cuenta el de El Bercial (Getafe), que está a tiro de piedra del municipio.
El plan de Sambil pasa, según dijo el grupo en diciembre pasado, por convertir el M-40 (al que rebautizará) en un gran outlet de ropa. Su proyecto también se basa en que algún grupo de distribución reabra el supermercado ubicado en el centro (antes era un Eroski) y su idea original era mantener abiertos los cines. El centro también contaba con una bolera y numerosos bares en su última planta.
El grupo venezolano salvó al centro de la subasta pública y de la ocupación ilegal (hubo algunas tentativas de esto último) y logró quedárselo a un precio muy inferior al que pedían sus propietarios (la mitad). El complejo, que estaba en proceso de liquidación, adeudaba 93 millones de euros, de los que 40 millones correspondían a los acreedores (BBVA, ING, Landesbank y Westimmobank) y el resto, a Sonae Sierra.
La estimación de Sambil es que la reapertura del complejo genere entre 1.000 y 1.500 nuevos empleos.
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