Empresas

A qué se dedican los prejubilados de oro de Santander y BBVA con 400 millones en la chequera

Ocho exconsejeros de los dos mayores bancos españoles suman en pensiones y otras prestaciones más de 400 millones de euros.

Emilio Ybarra, José María Amusátegui, Ángel Corcóstegui, Pedro Luis Uriarte, Alfredo Sáenz, Francisco Luzón, Javier Marín y Ángel Cano deberían hacer honor al significado etimológico de la palabra jubilar: del latín iubilare, saltar de alegría.

Los ocho prejubilados de oro este siglo por Santander y BBVA acordaron al dejar sus cargos recibir en total más de 400 millones de euros. Sin embargo, en algunos casos, las causas de la jubilación han sido amargas. Además la mayoría de ellos no se ha dedicado a dar saltos de alegría, sino que han mantenido una activa carrera profesional, creando nuevas sociedades, invirtiendo en proyectos empresariales o formando parte de consejos de administración.

En la mayoría de los casos las altas prestaciones percibidas crearon en su momento fuertes polémicas, llegando el asunto incluso a los tribunales. A medida que ha ido pasando el tiempo y las exigencias regulatorias se han ido fortaleciendo, la comunicación de dichos pagos ha sido más transparente. Contrasta la deficiente información al respecto en los casos de Ybarra y de Uriarte, con la precisa documentación sobre las salidas de Javier Marín o Ángel Cano.

El bonus de 43,7 millones que acordó recibir Amusátegui con Emilio Botín se formalizó en un contrato escrito a mano

Llama la atención la frenética actividad empresarial mostrada por Corcóstegui y Uriarte comparada con la aparente retirada del mundanal ruido de Amusátegui e Ybarra. Los exejecutivos más jóvenes, Javier Marín y Ángel Cano, dan la impresión de estar tomándose las cosas con tranquilidad oteando el horizonte a la espera de nuevas oportunidades de inversión. Varios de los ocho prejubilados de oro han seguido ligados al universo financiero, incluso ‘traicionando’ a la banca tradicional al apostar por banca online, y otros han participado en negocios más tradicionales como las bodegas o el ladrillo. 

Emilio Ybarra, una retirada marcada por Jersey

Emilio Ybarra Churruca (San Sebastián, 1936), dimitió de sus cargos en BBVA en 2002 por el caso de las cuentas secretas de Jersey. El 11 de abril de aquel año se reunió con el presidente de la entidad, Francisco González, y dejó escrita una carta de despedida: “En estos 38 años he puesto al servicio de la institución mis mejores esfuerzos para que el banco fuese un modelo y un ejemplo en la comunidad financiera. La enorme repercusión mediática de los acontecimientos recientes y mi deseo de hacer siempre todo lo que esté a mi alcance por el bien del banco, de sus empleados y sus accionistas, me aconsejan renunciar a todos los puestos (…)”.

La información pública sobre lo que Ybarra recibió tras su salida de BBVA en aportación a su fondo de pensiones es deficiente. En la memoria de 2001 del banco figura que percibió cerca de seis millones por ese año, pero no se especifica la cantidad acumulada total. El diario Cinco Días publicó en 2003 que el banco destinó 55,8 millones a un fondo extraordinario de pensiones para Ybarra y Uriarte.

No se conocen aventuras empresariales de Ybarra tras su amarga salida de BBVA. En la actualidad, de acuerdo a los datos disponibles en Registro Mercantil, consultados a través de Insight View, el único cargo en el que aparece activo es el de consejero de la publicación Estudios de Política Exterior. En el consejo de esta revista aparecen otros apellidos ilustres de la empresa y sociedad española, como Felipe Cosmen (hijo del fundador de Alsa), Francisco Benjumea (de la familia fundadora de Abengoa), o Rafael Atienza, marqués de Salvaterra.

Pedro Luis Uriarte, de las sardinas a las finanzas por internet

El pesar que parece haber acompañado de por vida a Ybarra tras su salida de BBVA no va con Pedro Luis Uriarte (Bilbao, 1943). El que fuera consejero delegado del segundo mayor banco español fue otro de los ejecutivos sacrificados por el escándalo de las cuentas secretas de Jersey. Le costó cinco años reponerse del caso, pero una vez superado el 'trauma Jersey' emprendió una frenética actividad empresarial. En una entrevista publicada el pasado año decía tener identificadas 22 actividades, ocho de ellas remuneradas. “Después de una etapa de éxito total, te llegan seis acusaciones criminales, que ninguna acabó llegando a juicio. Fue delirante, y me costó cinco años superarlo”, cuenta.

De acuerdo a datos recabados en Registro Mercantil a través de Insight View, Uriarte, que comenzó su carrera en una fábrica de latas de sardinas, es en la actualidad presidente del comité de auditoría de la multinacional española Técnicas Reunidas, y consejero del grupo inmobiliario Lar España Real Estate. Recientemente ha pasado a formar parte del consejo asesor de Indexa Capital, una plataforma de inversión que opera en internet. También es consejero delegado de la consultora Economía Empresa y Estrategia, y consejero de una de las mejores bodegas del mundo, La Rioja Alta (con marcas como Viña Ardanza, La Rioja Alta, Viña Alberdi, o Áster Finca El Otero).

Al igual que en el caso de Ybarra, la información pública disponible sobre lo que recibió por su prejubilación en el banco no está clara.

Ángel Corcóstegui, de reinar en la banca a liderar el capital riesgo español

La imagen sosegada que brinda habitualmente Ángel Corcóstegui (Bilbao, 1951) contrasta con la fuerte actividad profesional que mantiene y con su experiencia en revolucionarias reestructuraciones empresariales y financieras. Entre 1995 y 1998 ocupó el puesto de consejero delegado de Central Hispano y pilotó la mayor fusión bancaria ocurrida en España, la unión de Central Hispano con Santander. En el banco de Emilio Botín ocupó los cargos de vicepresidente y consejero delegado, pero en febrero de 2002 “renunció por razones personales” a su puesto en el primer banco español.

En 2006 fundó Magnum, la mayor sociedad de capital riesgo española, junto con Baldomero Falcones (expresidente de FCC), Enrique de Leyva (exprimer ejecutivo de McKinsey),y Joao Talone (expresidente del mayor grupo eléctrico portugués, EDP). La firma vendió el pasado año la portuguesa Iberwind por 1.000 millones.

Recientemente ha sido designado por el Gobierno portugués para ocupar un puesto como consejero independiente en Caixa Geral de Depositos, en pleno proceso de reestructuración controlado por el Banco Central Europeo. En abril fue nombrado consejero de Cepsa.

De acuerdo a datos consultados en Registro Mercantil, Corcóstegui preside la sociedad familiar Neltos, que terminó el ejercicio 2015 con un activo valorado en 44,7 millones de euros. La empresa posee el 100% de Ancor Asesores, una firma de asesoramiento económico con un capital social de 3,1 millones. También controla el 60% de Impulso Desarrollo Empresarial Sociedad de Capital Riesgo, otra firma de inversión que cuenta con 15,2 millones de capital social y que en 2015 ganó 1,8 millones. De acuerdo a datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, esta firma de inversión está presidida por la sociedad Oravla Inversiones, de Baldomero Falcones.

Neltos también es propietario del 60% de Aesir Gestora de Inversiones; del 43,8% de Cuatroge, dedicada a la explotación y compraventa de fincas; y del 29,9% de la inmobiliaria Villanueva de Serrano. A través de Neltos, Corcóstegui controla su participación en Magnum.

Ángel Corcóstegui es el ejecutivo que más dinero ha recibido tras su marcha de un banco español. La memoria del ejercicio 2002 de Santander indica: “Tras la decisión de D. Ángel Corcóstegui Guraya de renunciar, por razones personales, en febrero de 2002 (…) el importe total satisfecho en el momento de su renuncia por sus derechos de pensión ascendió a una cantidad bruta de 108 millones de euros (…)". La retención aplicada en el momento del pago a dicha cantidad fue del 48%, por lo que Corcóstegui ingresó 56 millones de euros netos. 

José María Amusátegui, sin trabajar se está mucho mejor

Tras liderar como presidente dos de las mayores operaciones bancarias ocurridas en España, la fusión de Banco Hispano Americano con Banco Central, y la de Central Hispano con Santander, José María Amusátegui (Cádiz, 1932), fue apartándose paulatinamente de la empresa y las finanzas. El choque con Emilio Botín en la copresidencia de Santander Central Hispano (hoy Grupo Santander), una dirección pactada en principio hasta 2002, derivó en su dimisión anticipada, en 2001.

La cantidad de dinero recibida por Amusátegui tras su salida del banco pudo ser conocida en 2006 gracias a la sentencia del Supremo por el conocido como caso de las jubilaciones millonarias. De acuerdo a la sentencia en la que el Supremo desestimó un recurso de casación contra la exculpación en la Audiencia Nacional de Botín, Corcóstegui, y Amusátegui, este último recibió 43,7 millones, un 'bonus' pactado en el acuerdo de fusión de los dos bancos. Ese bonus fue recogido en un contrato escrito a mano por el secretario de la comisión ejecutiva del consejo del banco. Además, Amusátegui firmó con Botín otro contrato en agosto de 2001 en el que se concretó una pensión vitalicia para el gaditano de 5,1 millones de euros al año.

Tras copresidir Santander Central Hispano, Amusátegui fue retirándose de la ajetreada vida empresarial que había tenido desde que en 1959 ganara por oposición plaza como abogado del Estado. En 2009 fue nombrado, por tres años, asesor de la aseguradora italiana Generali, último cargo que se le conoce. Recientemente ha sido fotografiado en una cena con su esposa, y su buena amiga Isabel Preysler acompañada de su novio, el escritor Mario Vargas Llosa.

Alfredo Sáenz, el banquero mejor pagado de España, vuelve a la carga

Alfredo Sáenz Abad (Vizcaya, 1942) anunció su renuncia voluntaria como consejero delegado de Santander en abril de 2013, acumulando en su fondo de pensiones más de 88 millones de euros. El informe de retribuciones de Santander del ejercicio 2013 explica que con ocasión de su jubilación, Sáenz "solicitó el abono en una única prestación de las pensiones que le correspondían (importe bruto de 88,5 millones)". El exconsejero delegado de Santander recibió una cantidad neta de 38,2 millones y otros 12,2 millones que invirtió en acciones del banco "quedando depositadas con carácter indisponible hasta el 29 de abril de 2018".

Si Ybarra y Uriarte sufrieron por el caso Jersey, y Amusátegui y Corcóstegui por el caso de las jubilaciones millonarias, Sáenz también tuvo lo suyo. En 2009 fue condenado a seis meses de prisión por un delito de acusación falsa contra unos empresarios cuando era presidente de Banesto, en 1994, una sentencia que le inhabilitaba para ocupar su cargo en el primer banco español. En 2011 el Gobierno concedió un polémico indulto al ejecutivo de Santander, pero la imagen de Sáenz ya estaba tocada.

Este año el que fuera el banquero mejor pagado de España -en 2011 Sáenz cobró 11,6 millones de euros, más del doble de lo que recibió Emilio Botín- ha vuelto a la carga. En febrero fue nombrado presidente del banco africano BDK, controlado por Alberto Cortina. Y en marzo constituyó una inmobiliara domiciliada en Burgos, de la que es presidente, denominada Maburma. En la misma participa el empresario Antonio Méndez Pozo, que a mediados de los años noventa fue condenado a siete años de prisión por el conocido como caso de la construcción de Burgos, que se saldó también con la inhabilitación por delito de prevaricación del exalcalde de la ciudad, José María Peña San Martín. En Maburma figura entre los consejeros el empresario inmobiliario Antonio Trueba Bustamante, presidente de la Fundación Másfamilia. Con anterioridad, en noviembre de 2015, Sáenz fue nombrado consejero del grupo Nicolas Correa.

Francisco Luzón, compañero de consejo de Aznar júnior

El consejo de administración de Santander, en su reunión de 11 de junio de 2010, decidió por unanimidad asignar el siguiente orden de prelación para el ejercicio circunstancial de las labores de presidente: Rodrigo Echenique, Ana Botín, y, como tercero, Francisco Luzón. Por esta razón sorprendió tanto al mundo financiero el anuncio, a principios de 2012, de la marcha de Francisco Luzón (Cuenca, 1948) de Santander. El exconsejero ejecutivo acumulaba en su fondo de pensiones 55,9 millones de euros.

En septiembre de 2014 accedió al consejo de administración de Haya Real Estate, grupo controlado por el fondo estadounidense Cerberus y que gestiona la venta de activos inmobiliarios y préstamos al sector de Bankia y de Sareb. Luzón comparte puesto en el consejo con José María Aznar Botella.

De acuerdo a las cuentas de Haya Real Estate de 2015, la compañía ganó el pasado año 10,7 millones de euros. La empresa, que emplea a 408 personas, facturó 80,1 millones por comisiones de actividad, y otros 51 millones por comisiones de gestión.

El que fuera primer responsable de Santander para América, preside la sicav Canalon Inversiones. Según los datos de CNMV, en el primer semestre del año la firma contaba con un patrimonio de 9,9 millones.

Javier Marín, prejubilado con 48 años, olfatea la banca online

El hombre que sustituyó en Santander a Alfredo Sáenz como consejero delegado en abril de 2013, fue cesado por Ana Botín en enero de 2015. Con sólo 48 años, Javier Marín (Madrid, 1966), pasó a integrar la lista de los banqueros prejubilados millonarios españoles. El banco optó por pagar de una sola tacada los 800.000 euros anuales que le correspondían desde 2015 hasta su jubilación, en total, 10,8 millones. En 2014 ganó 6,4 millones. Además, cuando Marín cumpla los 65 años, tendrá derecho a cobrar su plan de pensiones, que entonces alcanzará los 11,5 millones.

El exconsejero de Santander ha olfateado el sector tecnológico y el del capital riesgo. A principios de este año optó por invertir en Wanna, empresa que da préstamos a través de internet, en la que controla un pequeño porcentaje del capital, según fuentes cercanas a la sociedad, que precisan que no participa en la gestión ni ocupa un puesto en el consejo. Marín, según su acuerdo de salida de Santander, no podría trabajar en una entidad que realizara competencia al banco presidido por Ana Botín.

Ángel Cano, una salida tomada con deportividad

Dijo que se iba a tomar un año sabático y lo ha cumplido. A Ángel Cano (Santander, 1960), cesado como consejero delegado de BBVA en julio del pasado año, no se le conocen todavía inquietudes empresariales que sustituyan su pasado como banquero. Se ha tomado su salida del banco presidido por Francisco González con total deportividad. Sus principales inquietudes han sido deportivas, acudir a los juegos de Río de Janeiro, y prepararse para correr maratones. Hasta julio de 2017 no podrá volver a trabajar en el sector financiero, así se lo impide una cláusula de su contrato con BBVA.

Cuando cumpla 65 años le aguardan 26 millones de euros por su plan de pensiones en el segundo mayor banco español. Cano acordó con BBVA al ser cesado cobrar 1,76 millones de euros brutos anuales de forma vitalicia.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP