Santander presentó ayer un informe sobre coyuntura titulado 'Back to the future? What to expect for european markets in the current crisis' que permite iniciar el nuevo curso lectivo con ciertas dosis de esperanza. El documento no peca de euforia, pero establece un paralelismo con la Gran Depresión de los años 30, señalando que si no hay más sobresaltos, en 2013 debería comenzar la senda de la recuperación. Queda un último trimestre convulso, nada más, en su opinión.
Los expertos del banco que preside Emilio Botín opinan que “el efecto combinado de la unión bancaria (con una garantía de depósitos común para las entidades de la Eurozona, así como un supervisor único); las compras de deuda soberana del EFSF/ESM tanto en el mercado primario como del Banco Central Europeo (BCE) en el secundario, deberían ser suficientes para situar a la economía de la moneda única en la senda de la recuperación”.
El ESM, verdadero brazo ejecutor del Fondo de Rescate (EFSF) deberá ser capitalizado, ya que su matriz sólo tiene 148.000 millones de euros y “hará falta más potencia de fuego para estabilizar los mercados”. Pero “dudamos que ningún país vaya a salir del euro hasta que el ESM (mecanismo de rescate) esté operativo”, añaden, ya que la salida de Grecia podría ser un auténtico detonador que hiciera estallar a los mercados, que viven desde finales de julio una tensa calma.
Por su lado, “está previsto que la unión bancaria se formule a finales del presente año”, y serviría, si se articula como explica la entidad, “para separar la unión entre deuda bancaria y deuda soberana”.
Si a eso se le suma que “seguramente, a finales de 2012 y principios de 2013 habrá más medidas extraordinarias por parte del BCE”, la recuperación del mercado empezará entonces. En Santander no descartan que haya todavía unos meses de fuerte inestabilidad por cuestiones soberanas, principalmente por culpa de Grecia. Sin embargo, la perspectiva a medio plazo para los mercados es “bullish” (alcista en el argot financiero, que identifica al toro con el tono pujante y al oso con el bajista).
Errores seguidos por Zapatero
Santander establece un paralelismo con otros periodos convulsos de crisis, a los que otorga seis fases: la primera, de pánico inicial, la segunda, negación de la misma (en España, esto ocurrió a la perfección con Zapatero, que insistió en la negativa además, ante la cercanía de las elecciones generales de 2008), en la que ya, sin embargo, aparecen problemas bancarios; la tercera, con extraordinarios planes de estímulo (entrarían aquí el Plan E, el cheque bebé, el apoyo con 400 euros por descuento de irpf, el alargamiento de la cobertura por desempleo…), que daría lugar a una cuarta fase de un rebote engañoso.
La recaída daría lugar a la quinta fase, en la que se recortaría todo estímulo y se entraría en una fuerte fase de austeridad (algo que suena ya a absolutamente todos los ciudadanos), para alcanzar una sexta y última etapa, marcada por la aplicación de las nuevas medidas extraordinarias de estímulo.
En esta fase, que está a punto de comenzar, según Santander, “el sector privado mantiene su aversión a la deuda, por lo que el crédito se mantiene bajo”, lo que se traduce en una recuperación lenta y sin duda más sólida hasta alcanzar los niveles previos a la crisis. Conforme este esquema temporal, los expertos no descartan que, después de 5 años de crisis, queden por delante otros 5 de lenta recuperación.
Pesimismo de Merrill Lynch
Pero al menos, se trata de recuperación, ya que, el mismo día que Santander decía esto, Merrill Lynch publicaba otro informe bancario en el que hablaba de “vuelta a la recesión”.
En otro extenso documento, de más de 70 páginas, el banco estadounidense contempla este pésimo escenario ya que no cree que vaya a producirse un cortafuegos entre lo público y lo privado.
Al contrario, indica que “la deuda privada y la bancaria están (todavía más) interconectadas”. La entidad estadounidense pone sobre la mesa la alta cantidad de deuda española que tienen en cartera los bancos españoles, algo que asusta a Merrill, aunque en Santander apuntan que se trata de un fenómeno con el que habrá que coexistir en el futuro.
Sobre valoraciones de entidades y previsiones de PIB, las previsiones no son demasiado halagüeñas, ya que presenta un outlook en el que España no sale de PIB negativo hasta finales del año que viene. Concretamente, en el tercer trimestre de 2013 alcanzaría un 0,4% respecto al trimestre anterior y sólo a finales de dicho ejercicio se mostraría crecimiento interanual, del 0,5%.
Cada entidad tendrá su sesgo y sus motivos para estos análisis, aunque asimilando el de Santander, parece claro que las próximas semanas son cruciales para el futuro de la Eurozona. Las decisiones de las altas instancias en materia de ayudas financieras a los países, los avances en el marco europeo bancario y un poco de apoyo del BCE en mercado serán claves.
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