El prestigioso rotativo económico dedica este fin de semana un extenso reportaje al presidente del Banco Santander, Emilio Botín, donde le colma de elogios pero señala también algunos nubarrones que se ciernen sobre la entidad, en lo que ha venido a denominar la "tormenta perfecta".
El periodista Patrick Jenkins ha podido mantener un encuentro con Botín al que define como "rey de las finanzas españolas, de pocas palabras y que podría haberse retirado hace 10 ó 15 años. "El presidente, como le llaman sus colegas e incluso algunos miembros de su familia, es ciertamente comedido", continúa el reportaje. "Pero a pesar de estas características también mantiene la arrogancia del hombre de negocios exitoso que es".
Financial Times (FT) hace hincapié en que Botín es el hombre que ha cambiado por completo el Banco Santander, pasando de ser una pequeña entidad prestamista de dinero de carácter regional y convirtiéndolo en uno de los mayores bancos del mundo que actúa desde Brcelona hasta gran Bretaña y con activos también en Brasil. Actualmente Botín preside una institución que acumula activos que se acercan al PIB de España. Y después de 26 años como presidente se ha convertido en el líder de mayor antigüedad al frente de un gran banco consiguiendo una continuidad en la gestión en una época en la que la crisis financiera mundial ha acabado con grandes jefes de la banca quemándolos como un reguero de pólvora.
Lo más extraordinario es que sigue al frente de un grupo que tiene una valor de casi 70.000 millones de euros y que pertenece en un 98% a inversores externos. Y sin embargo, Botín y su familia continúan teniendo una gran influencia en el funcionamiento de la empresa.
Para el diario británico parte del éxito de Botín proviene de su energía física. Un amigo recuerda haberle visto hace un par de años en el gran premio de Monza de Fórmula Uno, cuando Ferrari arrasó en la carrera con Fernando Alonso al volante. Entonces Botín "que llevaba una pequeña bandera de Ferrari, salió fuera del box de la escudería cuando Alonso cruzó la línea de meta y fue corriendo hacia él, agitando con furia la bandera. Corrió unos 200 metros", exponen como claro ejemplo de la energía del banquero.
Jenkins describe a Botín como "callado pero calculador" y cree que "su perspicacia ha sido su principal activo" a lo largo de estos años. Nacido en la banca, igual que su padre antes que él, "no se durmió en los laureles" señala el periodista y añade que "vio siempre oportunidades para crecer, para expandir el negocio con un apetito propio del gigante más voraz de Wall Street". A lo largo de todo este proceso Botín consiguió crear uno de los bancos líderes a nivel mundial y una arteria vital para la economía española. "Emilio es ahora mismo la persona más poderosa de España" señala un banquero rival que le conoce bien. "Dirige completamente el país", bromea.
Pero a pesar de tanto elogio Jenkins también encuentra problemas. El periodista cree que a pesar de los notables logros de Botín hasta la fecha los inversores están perdiendo la fe en la historia del Santander. Se trata de una pregunta de futuro dice un potente inversor que ya no tiene acciones del banco. "Uno no invierte echando la vista atrás, sino mirando hacia el futuro". Como este tipo de mentalidad se está implantando, los accionistas han desertado del banco. A pesar del buen otoño de rebote en los mercados bursátiles, las acciones del Santander a duras penas se mantienen en niveles aceptables, por debajo de sus rivales en el país y en el extranjero.
Según el diario británico la razón es que el Santander se está enfrentando a una "tormenta perfecta". Su mercado interno se encuentra por los suelos. Los resultados anuales, que se presentan la semana que viene, mostrarán la extensión de los daños. Las preguntas acerca de la fuerza financiera del banco aumentan. Y el presidente supera actualmente en 13 años la edad de jubilación, sin que se atisbe un plan claro de sucesión. La tormenta se avecina, se mire por donde se mire, para Botín y para el mayor banco de España.
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