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Santander hereda la morralla de Martinsa Fadesa que mantenía Popular

El mes pasado se aprobó la cesión en pago de fincas e inmuebles de Martinsa Fadesa a Banco Popular, una de las entidades que más dinero prestó a la inmobiliaria que protagonizó el mayor concurso de acreedores ocurrido en España.

La mayor quiebra ocurrida en España, la de Martinsa Fadesa, sigue coleando. Santander, que el miércoles anunció la compra de Banco Popular, asumirá inmuebles y terrenos que casi nueve años después de la declaración del concurso del grupo inmobiliario han sido imposibles de vender.

El pasado día 19 de mayo fue comunicado por parte del Juzgado Mercantil número uno de A Coruña el auto de autorización de cesión en pago a Banco Popular de 17 parcelas situadas en Miño, otras 14 viviendas en la misma localidad coruñesa, y cinco pisos localizados en Ayamonte (Huelva). El auto fue publicado ayer en el BOE.

Los activos inmobiliarios traspasados a Popular tienen un valor aproximado de 3,5 millones de euros. Fuentes cercanas a los administradores designados por el juez para llevar a cabo la liquidación de Martinsa Fadesa explican que ahora será Santander la entidad que se haga cargo de dichos activos. Los terrenos y viviendas cedidos recientemente no han podido venderse en subastas organizadas.

A pesar de la fama que tenía Banco Popular de ser una entidad extremadamente cauta a la hora de financiar grandes operaciones, y menos aún inmobiliarias, el banco -bajo la presidencia de Ángel Ron- financió a muchos de los empresarios más conocidos de la época del boom inmobiliario. De aquellos años procede buena parte de los 7.200 millones de euros que Santander va a tener que provisionar por deudas inmobiliarias de Popular.

Ángel Ron sostuvo en julio de 2007 que factores como la inmigración permitían al mercado español absorber medio millón de viviendas al año

Banco Popular fue uno de los mayores financiadores de Martinsa Fadesa, el tercer mayor acreedor de la inmobiliaria cuando se declaró en concurso, con una deuda de 580 millones de euros (los primeros eran Caja Madrid, 1.032 millones, y Caixa, 908 millones).

La entidad financió a Luis Portillo para hacerse con el control de la inmobiliaria Colonial, convirtiéndose después en uno de los mayores acreedores de la compañía. Portillo logró 9.000 millones de euros en préstamos, en total, para comprar entre 2005 y 2008 Inmocaral, Colonial, Riofisa, y el 15% de FCC. En 2008, cuando el empresario sevillano salió de Colonial, Popular se convirtió en accionista de la inmobiliaria.

Banco Popular es uno de los mayores acreedores de otra inmobiliaria que protagonizó uno de los mayores concursos ocurridos en España, Reyal Urbis. La compañía se declaró en concurso con un pasivo superior a los 4.000 millones de euros. La deuda con Popular asciende a 200 millones.

Popular financió a muchos de los empresarios más conocidos de la época del 'boom' inmobiliario

La entidad también participó en la financiación de la guerra de opas ocurrida en 2006 entre Joaquín Rivero y la familia Sanahuja por Metrovacesa. Finalmente, después de que la batalla entre Rivero y Sanahuja terminara con ambos en concurso de acreedores, Popular se convirtió en accionista de la inmobiliaria en diciembre de 2012, con el 12% del capital. Metrovacesa fue la mayor inmobiliaria de España y ha terminado por ser engullida por la socimi Merlin.

Popular también financió a José Ramón Carabante, el empresario inmobiliario que fundó el equipo de Fórmula 1 Hispania Racing Team. En 2011 la entidad refinanció 400 millones de euros de deuda de Delfos 2002, el grupo de Carabante. El empresario malagueño, afincado en Murcia, participó en Colonial y en Reyal Urbis.

Sin motivo para la preocupación

Otro de los señores del ladrillo financiados por Popular fue Enrique Bañuelos, el fundador y presidente de Astroc. La compañía salió a Bolsa en 2006 a un precio de seis euros por acción, y en unos meses superó los 70 euros por título. En abril de 2007, la empresa se desplomó en Bolsa después de que el informe de auditoría de su ejercicio anterior mostrara que realmente apenas disponía de activos inmobiliarios en propiedad.

A pesar de que la caída de Astroc encendió todas las alarmas sobre el próximo pinchazo de la burbuja inmobiliaria, Ángel Ron no vio entonces motivo para la inquietud. En julio de 2007, en la presentación de los resultados semestrales de Banco Popular, el entonces presidente de la entidad aseguró en varias ocasiones que no era pesimista respecto a la situación de la vivienda en España, y afirmó que la exposición del banco a Astroc no era importante.

El incremento de la población inmigrante, la compra de casas por parte de la generación del 'baby boom' eran, entre otros, factores que ayudarían a "absorber las 500.000 viviendas que se construyen cada año", aunque admitió que deberían ser más selectivos con nuevas operaciones.

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