El duro año que Santander Consumer Finance en Estados Unidos (Scusa) está atravesando en Bolsa puede tener un impacto negativo inesperado en el grupo presidido por Ana Botín. El desplome del precio de las acciones de la filial de crédito al consumo (que han caído un 57% desde inicios de julio de 2015) amenaza con provocar un deterioro de millones de dólares en las cuentas de Santander.
Precisamente el origen del problema se encuentra el 2 de julio de 2015. Ese día Banco Santander consignó un acuerdo con la compañía DDFS LLC para comprarles la participación de ésta en Scusa, de forma que la entidad presidida por Ana Botín alcanzaría el control sobre el 68,56% de las acciones de la filial. Mediante este acuerdo, el banco español se comprometía a adquirir todo el paquete accionarial (un 9,68%) de DDFS a precio de mercado. Es decir, que los 34,6 millones de acciones se adquirirían a un precio aproximado de 26,83 millones de dólares, que era a los niveles a los que cotizaba por aquellos días (máximos históricos).
El acuerdo, a su vez, estaba sujeto a la aprobación de las autoridades regulatorias, que sin embargo aún no han dictaminado la conveniencia de la operación
Es decir, la entidad española adquirió el compromiso de comprar el paquete del 9,68% de DDFS en Scusa a un precio de unos 928 millones de dólares. El acuerdo, a su vez, estaba sujeto a la aprobación de las autoridades regulatorias, que sin embargo aún no han dictaminado la conveniencia de la operación. Así lo reconoce el propio Banco Santander en su último informe semestral de resultados. Estados Unidos permenece sin dar luz verde, pero eso no ha evitado que el valor de las acciones se haya desplomado en poco más de un año.
Hoy, las acciones de Scusa cotizan en el entorno de los 11,6 dólares. Supone poco más de un tercio del precio al que se movían en julio de 2015, pero sin embargo Banco Santander firmó un compromiso para adquirirlas a un precio de 26,8 dólares. En el momento en el que la operación obtenga el beneplácito de las autoridades la entidad española pagará 927 millones de dólares por un paquete que en Bolsa cotiza a apenas 400 millones.
Un préstamo de 300 millones a DDFS
Tal y como muestran las cuentas publicadas por Scusa, el acuerdo entre Santander y DDFS suponía la concesión de un préstamo revolving de 300 millones de dólares en beneficio de los vendedores. A fecha 1 de marzo de este año (ya que las cuentas semestrales de Scusa se publicarán con retraso) quedaban pendientes de devolución unos 290 millones del principal. En dicha financiación, cuya fecha de finalización era 14 de julio de 2016, actúa como colateral el propio paquete de acciones de DDFS.
En dicho acuerdo se incluyen por su parte cláusulas para proteger los intereses de Santander. Así, se contempla en el acuerdo y el contrato de préstamo que "si en cualquier momento el valor de las acciones comunes comprometidas en el marco del contrato de prenda es inferior al 150% del monto total de capital pendiente de pago en el contrato de préstamo, DDFS tiene la obligación de o bien pagar una parte de dicho capital pendiente en una cantidad tal que el valor de la garantía comprometido es igual a por lo menos el 200% del valor nominal en circulación"; o bien tiene la opción de dar en prenda acciones adicionales de manera que el valor de las mismas, junto con los 29 millones de acciones dadas como prenda, sean iguales al 200% del valor del principal pendiente.
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