Ritz, Palace, Intercontinental, Miguel Ángel, Villa Magna… son todos grandes hoteles de Madrid con una particularidad en común: han cambiado de manos en los últimos dos años. Y han sido adquiridos por capital extranjero, procedente de economías como Arabia Saudí, Qatar o Turquía, como ha sido el último caso: la adquisición del Hotel Villa Magna por el grupo Dogus Holding. Aunque no hay una cifra oficial para esta operación, en el mercado se barajan números en torno a los 180 millones de euros, una cifra prácticamente desorbitada para este activo.
Algo similar ocurrió con el emblemático Hotel Ritz. Tras muchos meses de negociaciones, Orient Express y Alicia Koplowitz, anteriores propietarios del establecimiento, alcanzaron un acuerdo con Olaya, un grupo inversor procedente de Arabia Saudí, para la venta del establecimiento por unos 130 millones de euros y un compromiso de inversión para la rehabilitación del inmueble próximo a los 100 millones adicionales.
La operación de Ritz supuso valorar cada habitación del hotel en aproximadamente un millón de euros
“La operación de Ritz supuso valorar cada habitación del hotel en aproximadamente un millón de euros. Una inversión absolutamente imposible de amortizar ni siquiera a medio plazo”, apunta un consultor del sector hotelero. Sin embargo, los grandes capitales que llegan a España en busca de estas inversiones no esperan grandes rentabilidades desde el primer momento.
El caso de Dogus es muy claro, el grupo llevaba más de tres años buscando un activo de este tipo en España, afirman fuentes del mercado. El holding cuenta con varios establecimientos de lujo en Turquía, su país de origen. Sin embargo, la complicada situación que se vive en el estado otomano ha hecho que Dogus busque oportunidades en el exterior.
España, potencia turística
“Los compradores de hoteles de lujo en España cuentan con liquidez de sobra; lo que buscan son mercados estables donde invertir, aparcar ese dinero. Para ellos, España es un destino ideal: seguridad jurídica garantizada, el entorno de la Unión Europea y, además, una potencia turística que se está beneficiando precisamente del complicado clima en destinos del entorno mediterráneo como la propia Turquía, Egipto o Túnez”.
Antes que Dogus, fue el colombiano Jaime Gilinski, uno de los accionistas de referencia de Banco Sabadell, quien trató de hacerse con el Villa Magna. Los capitales de economías emergentes buscan este tipo de activos, encuentran que su dinero está mucho más seguro en territorio europeo. Y más de un líder turístico como España, que está batiendo récords de afluencia año tras año.
“El riesgo país es el factor que más están teniendo en cuenta los inversores a la hora de hacerse con hoteles en España. En las grandes plazas prácticamente no quedan propietarios españoles, no pueden competir con las ofertas que llegan del exterior. Los hoteles en manos nacionales se concentran básicamente en zonas costeras”.
Esta circunstancia también se une al ciclo del sector inmobiliario, que está experimentando claros síntomas de recuperación pero que aún no ha llegado al tope en lo que a los precios se refiere. “Ahora es cuando se puede comprar ladrillo en España, probablemente sea el momento ideal. Y los inversores lo están aprovechando”.
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