La alemana Siemens ha adquirido la empresa española de señalización ferroviaria Dimetronic, una compañía esencial para el consorcio hispano que se adjudicó el AVE a la Meca y que ahora compite por nuevos proyectos contra los germanos y franceses. El último concurso que la firma ganó fue la señalización del recién inaugurado AVE entre Barcelona y Figueres que conecta con Francia.
En cuanto se ha materializado la compra de la matriz de Dimetronic, la británica Invensys, los tudescos han ordenado a la empresa española que cancele su tradicional alianza con Renfe a la hora de pujar por contratos de alta velocidad en el extranjero. En las próximas pujas, Dimetronic tendrá que asociarse con el conglomerado teutón encabezado por el operador Deutsche Bahn, según fuentes del sector.
Tras haberse adjudicado el contrato de la Meca por 7.000 millones, España ha logrado hacerse con un importante hueco en el boyante mercado de la construcción de líneas ferroviarias de alta velocidad. En la actualidad, el grupo liderado por Renfe disputa ahora nuevos concursos en Brasil y Rusia. Los españoles presentan una oferta basada en tres pilares: la obra civil, el tren y la señalización.
Sin embargo, los alemanes de Siemens ya iniciaron la construcción del AVE en España hace dos décadas y quieren recuperar el terreno perdido. De modo que pretenden desplazar a España arrebatándole su principal compañía de señalización y resquebrajando el consorcio que tanto éxito tuvo en la Meca a la vez que refuerzan su propia estructura.
Este hecho subraya la necesidad de que los centros de decisión permanezcan en los países de origen de la compañía. De hecho, el Gobierno suele poner como ejemplo el caso de Iberia, ahora en manos de British, y cómo la aerolínea ha cerrado rutas a países emergentes y mercados habituales de España.
Fuentes ferroviarias critican que Renfe va a ser "absorbida" por los operadores de Alemania y Francia, la citada DB y la Société Nationale de Chemins de Fer (SNCF). De hecho, Fomento ha adelantado la liberalización ferroviaria a julio de este año, mientras que París y Berlín no abrirán el pastel hasta, al menos, 2019.
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