Siemens Gamesa no se plantea efectuar más ajustes en España de momento, aunque no descarta despidos en el futuro dependiendo de la evolución del negocio. Así lo ha explicado este jueves su consejero delegado, Markus Tacke, en un encuentro mantenido con los medios de comunicación en el que ha reconocido la comisión de errores en la reestructuración que la empresa puso en marcha en este país tras la fusión de Siemens y Gamesa. No obstante, ha expresado su satisfacción por el resultado del plan de prejubilaciones y bajas voluntarias que aplicó el pasado enero, que provocó la retirada del Expediente de Regulación de Empleo que pendía sobre sus empleados. A día de hoy, se han sumado a este programa 250 empleados.
El consejero delegado ha incidido en que las características técnicas de la planta de Miranda de Ebro han hecho imposible que se mantuviera en funcionamiento. Principalmente, porque esta instalación sólo está capacitada para fabricar palas de 40 metros, que actualmente sólo reclaman mercados minoritarios como el africano; y que son mucho menos eficientes que las de de 80 metros que lanzó en noviembre la compañía.
Esta instalación emplea a 133 trabajadores, a los que se ha ofrecido acomodo en las plantas de Aoiz (Navarra) y Somozas (La Coruña). La primera opción está a 164 kilómetros de distancia y la segunda a 554 kilómetros de Miranda de Ebro. La medida está siendo negociada actualmente entre los sindicatos y la empresa.
Fusión complicada
Meses después de que culminara la fusión de Siemens y Gamesa, y a una semana de la presentación de su nuevo plan estratégico, Tackle ha asegurado que los primeros meses de unión han sido complicados y han obligado a redoblar esfuerzos, entre otras cosas, porque los costes de integración y la la situación de mercados como el indio o el estadounidense han perjudicado al negocio de la compañía.
Cabe recordar que la empresa perdió 35 millones de euros en su primer trimestre y registró un descenso en sus ingresos (2.127 millones de euros) del 23%. No obstante, el responsable ha valorado que durante estos primeros tres meses de actividad hayan logrado ventas equivalentes a 2,8 Gw.
En este período, han puesto en marcha un programa de ajustes que supondrá 6.000 salidas en 24 países, incluida España.
Tacke ha expresado su confianza en que la empresa sepa adaptarse a las demandas de un mercado global en el que las energías renovables cada vez tienen un papel más protagonista y en el que la eólica tiene un peso crucial dentro de las subastas. Para garantizar el despegue de la empresa tras el complejo proceso de integración (en este tiempo, el precio de su acción ha caído 4 euros), ha considerado fundamental reducir costes, ofrecer a los clientes la tecnología adecuada y ser ágiles en la toma de decisiones.
El consejero delegado ha afirmado que los accionistas del grupo reman actualmente en la misma dirección, pese a las críticas que recibió el pasado diciembre por parte de Ibedrola. "No podemos estar contentos con una compañía que ha perdido más del 50% de su valor en seis meses. Cuando ves cosas como la que estas viendo, que hacen un 'profit warning' y casi te enteras por el periódico de que lo va a hacer, que cambian personas de alto nivel...pues piensas que estamos enloqueciendo y algo está fallando", dijo entonces Ignacio Sánchez Galán, en declaraciones recogidas por Europa Press.
“Tenemos que tener a nuestros accionistas contentos. Todos están alineados”, ha expresado Tacke, quien ha quitado importancia al hecho de que Ibedrola adjudicara el pasado enero a su competidor, Vestas, la mitad de su contrato de mantenimiento en la Península Ibérica.
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