Florentino Pérez ha dado este domingo uno de sus discursos más esperados como presidente del Real Madrid con motivo de la Asamblea anual de socios compromisarios. El pope blanco ha aludido a múltiples cuestiones en línea con lo que se esperaba, como la relativización del impacto de los conciertos del Bernabéu en las cuentas del club, que ha limitado a una decena de millones anuales, críticas a UEFA y France Football por la no premiación de Vinícius JR como Balón de Oro, o el relanzamiento de la Superliga, con la acusación a la misma UEFA y FIFA de que el aumento de partidos habría provocado más lesiones así como la pérdida de un 30% del valor comercial por encuentro en la Nueva Champions.
"No queremos ser Blockbuster", fue una de las frases de Florentino para resumir la que, entiende, es la situación en la que se encuentra actualmente el fútbol europeo, comparando a la Superliga europea en abierto que impulsa desde hace años con la revolución tecnológica que supuso Netflix en el mercado audiovisual.
Con todo, el asunto de mayor recorrido y novedad ha sido el relativo al proyecto de transformación societaria del Real Madrid del que la cúpula había ido dejando trascender algunas pinceladas en los últimos días. Sin entrar en mayores detalles, Florentino lo ha justificado en la necesidad de potenciar el sentido de propiedad de los socios para defender el patrimonio del club frente a "ataques" de entidades ajenas, como LaLiga, a la que el presidente merengue ha acusado de haber intentado expropiar negocio a los clubes que no eran SAD durante la negociación parlamentaria para la última Ley del Deporte.
"Convocaré a una asamblea de socios compromisarios para votar un nuevo sistema organizativo que garantice que los socios son los propietarios del patrimonio económico del club", ha informado Florentino. "Los socios decidirán en referéndum si quieren estar de una manera o de otra", ha avanzado, dejando claro que serán los 95.612 socios del club los que en última instancia decidirán, pero sin ahondar por el momento de forma pública en la reforma que pondrá sobre la mesa... Algo que podría tener que ver con ciertas tensiones internas que estarían demorando la unidad en la cúpula al respecto, como avanzó este medio.
Las fuentes consultadas adelantan que el cronograma de los planes de Florentino es de largo recorrido, y podría alcanzar a todo el ciclo de un hipotético nuevo mandato, de 2025 a 2029
Para el pope merengue, el de este día era el último discurso del actual mandato, que vence en 2025. El próximo curso será medular dentro de la hoja de ruta planteada por el mandatario, para quien, trasladan allegados, el Madrid ha de reformarse si quiere mantenerse a la vanguardia del balompié a nivel mundial tras superar el último ejercicio la histórica barrera de los 1.000 millones de facturación.
Esa reforma pasaría por una primera modificación en los estatutos sociales del club para abrir la puerta a que quienes hoy son socios puedan pasar a ser accionistas de la entidad.
Las fuentes consultadas adelantan que el cronograma del plan al respecto de Florentino es de largo recorrido, y podría alcanzar a todo el ciclo de un hipotético nuevo mandato, de 2025 a 2029. Con ya 77 años de edad, el presidente sigue sopesando profundamente los pasos a dar, y hay quien ha puesto en duda su continuidad, pero los últimos trascendidos apuntan a que mantendrá un papel protagónico en la estructura del club pase lo que pase.
La Fundación asumiría el control, de una u otra forma
A medio plazo, la idea es que la nueva estructura asigne, grosso modo, a cada socio en función de unas características una acción y que esta sea, dentro de un marco temporal y formal prefijado, solo transmisible a familiares o personas con algún vínculo con el poseedor original. En cualquier caso, ya en esta fase, empezaría a asumir un rol medular la Fundación Real Madrid, que podría hacer las veces de Consejo de Administración, pudiendo eventualmente recomprar las acciones o autorizar otros traspasos.
Como patrono vitalicio, Florentino mantendría de una u otra forma su capacidad de influencia, ya que además es de las pocas personas en el club con capacidad de afrontar las posibles deudas que requeriría el mando de la Fundación Real Madrid en el caso de que eventualmente asuma la mayoría accionarial.
El escenario de la Fundación como accionista mayoritario se proyecta a más largo plazo y respondería al objetivo de preservar la marca histórica del Madrid en el contexto de la entrada, ya para entonces posible, de un inversor ajeno que aporte, a razón de ostentar un paquete minoritario pero importante
Un escenario que se proyecta a más largo plazo y que respondería al objetivo de preservar la marca histórica del Madrid en el contexto de la entrada, ya para entonces posible, de un inversor ajeno que aporte, a razón de ostentar un paquete minoritario pero importante, la financiación que precise el club. En especial, una vez haya agotado todas sus palancas comerciales y no pueda mantener el ritmo de crecimiento trazado en su momento por la Junta Directiva.
Y es que en el sentido de palancas comerciales, al club ya no le quedan tantas. Con el Bernabéu aportando ya 362 de los 400 millones en ingresos anuales previstos y los derechos televisivos algo estancados, al Madrid solo le 'quedan' las palancas 'orgánicas' de una hipotética Superliga y externalizaciones comerciales para sus cien hectáreas en Valdebebas. Sin embargo, los modelos financieros con los que trabajan los asesores del club le auguran un valor sin parangón en el mercado libre, de 6.000 a 8.000 millones ya en 2025 que podría alcanzar unos inéditos 10.000 millones antes de 2029.
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