Hace siete u ocho años, era casi una excentricidad; hoy es moneda corriente entre ese 24% de la población española mayor de 15 años que, según datos del INE, todavía sigue enganchada al pitillo. El tabaco de liar está en auge entre los fumadores a consecuencia de la crisis y, aunque en el año 2013 ha moderado su crecimiento (su consumo aumentó otro 6,3%, hasta 6,92 millones de kilos), su peso en el mercado español se ha quintuplicado con la crisis.
Así, y de acuerdo con los datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, si en 2007 la picadura de liar movía un volumen de negocio en España de unos 209 millones de euros, un 1,77% del total de ese ejercicio, en 2013 su facturación creció otro 25% interanual y superó por primera vez la barrera de los 1.000 millones de euros (1.088,7 millones), lo que supone cinco veces más que antes de la crisis y un 9,1% del total del mercado.
El crecimiento de este producto se explica, como es obvio, por la mayor demanda (de momento, todavía es más barato que los cigarrillos), que desde 2009 (primer ejercicio con datos comparables), ha crecido en términos acumulados un 26,5%.
Las ventas de cigarrillos se han desplomado prácticamente a la mitad desde 2008 y están en mínimos
Pero también hay otras variables, como las sucesivas subidas de precios, la creciente presión impositiva y el desplome de las ventas de cigarrillos, que desde 2008 se han reducido prácticamente a la mitad hasta mínimos históricos, aunque su peso en valor todavía supone el 86% del total. En unidades, los cigarrillos sufrieron el año pasado una nueva caída del 11% (en euros, el retroceso fue del 5,4%, hasta 10.217 millones de euros).
A escala global, la venta de tabaco cayó el año pasado en España un 2,7%, hasta 11.855,5 millones de euros, y ya acumula tres ejercicios consecutivos de caídas, hasta niveles de 2007. Para la patronal ADELTA (Asociación Empresarial del Tabaco), estas cifras ponen de manifiesto que 2013 “ha sido un año muy difícil para la industria española del tabaco”.
La patronal considera que “en estos momentos la clave para optimizar la recaudación fiscal” por el tabaco es reforzar la lucha contra el comercio ilícito, lo que permitirá un incremento de los ingresos (el 80% del precio de venta al público de una cajetilla de cigarrillos son impuestos) “sin necesidad de elevar la presión impositiva al tabaco, que es una de las más altas de la Unión Europea”.
En 2013, la recaudación a través de impuestos procedentes de la totalidad de las labores del tabaco (impuestos especiales, IVA y recargo de equivalencia) ha bajado un 2,8%, hasta 9.118,8 millones en relación al año anterior. Desde 2010, como consecuencia de la caída de ventas, la contribución del tabaco a las arcas públicas ha retrocedido un 7,65%.
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