Hacer televisión es caro. Tanto, que sin una inversión multimillonaria resulta imposible competir en igualdad de condiciones con las grandes empresas del sector. Las parrillas de los principales canales de televisión tienen un coste superior a los 300 millones de euros anuales, lo que equivale al presupuesto de varios años de las cadenas minoritarias. En 2015, el Ejecutivo de Mariano Rajoy convocó un concurso con el que -dijo- quiso aumentar la pluralidad en la TDT con la entrada de nuevas empresas. Tres años después, sus resultados de audiencia les han condenado prácticamente a la irrelevancia. DKiss, de Blas Herrero, cuenta con el 0,8% de la cuota de pantalla, mientras que Real Madrid TV y TEN -Secuoya- comparten el farolillo rojo de la televisión, con el 0,3% cada una.
Recientemente, el Grupo Secuoya anunciaba un acuerdo con Mediapro para que la compañía dirigida por Jaume Roures por el que la productora audiovisual radicada en Barcelona le proporcionará diversos contenidos audiovisuales al canal TEN.
La situación precaria de algunas empresas de la TDT ha sido aprovechada por Roures y los suyos para incrementar su presencia en la televisión en abierto. Actualmente, elabora los contenidos para el canal de Florentino Pérez, gestiona GOL gracias a un acuerdo alcanzado en 2016 con Unidad Editorial, la propietaria de la licencia; y también proporcionará contenidos a TEN. Todo eso, sin contar los diversos productos que tiene en las cadenas generalistas y en autonómicas como Telemadrid.
Comparaciones odiosas
La comparación de la cuota de pantalla que registraron en octubre los nuevos canales con su competencia deja clara su mala situación. La suma de Real Madrid Televisión, Dkiss y TEN (1,6%) es inferior a la que obtuvo Trece (1,9%), la televisión de la Conferencia Episcopal, que ha perdido 70 millones de euros desde su fundación, a principios de la década actual, y que también se encuentra a la sombra del duopolio conformado por Atresmedia y Mediaset.
Canales secundarios como La 2 (2,8%), FDF (2,6%), Neox (2,4%), Nova (2,3%) y Energy (2,1%) tienen más audiencia que estas tres cadenas en conjunto. También otra de temática infantil, como Clan (1,8%), y los sectoriales Paramount Network (1,8%), Divinity (1,8%), Mega (1,6%) y Dmax (1,6%).
La gran dificultad a la que se enfrentan las empresas que explotan estos canales es la de rentabilizarlos. La inversión publicitaria les llega con cuentagotas y los productos atractivos para la audiencia tienen un precio que no se pueden permitir.
Poco dinero
Para comprobar la complicada situación de estas empresas, basta recurrir a los datos de inversión publicitaria de i2P, correspondientes al ejercicio 2017. El canal 'minoritario' con más audiencia, FDF, recaudó 97 millones de euros, frente a los 11 millones de la televisión de los obispos, los 12 de Dkiss, los 5 de TEN y el millón de euros de Real Madrid TV.
Estos datos se encuentran en el expediente que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) instruye desde el pasado marzo contra Atresmedia y Mediaset, por sus supuestas prácticas destinadas a acaparar el mercado publicitario. Su resolución se espera para los próximos meses y podría derivar en multas, conjuntas, de cientos de millones de euros para estas empresas.
Ahora bien, será complejo que la situación de estas televisiones cambien si no incrementan su inversión en la parrilla de programación y no son capaces de atraer a más anunciantes, tanto por su escasa audiencia, como por la estructura de un mercado en el que Atresmedia y Mediaset aglutinan todavía el 85% de la publicidad, pese al terreno que ha perdido la TDT con respecto al pago.
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