La voz IP también puede ser un negocio para una pequeña empresa española. Mientras gigantes de la talla de Telefónica fracasan en su intento de poner puertas al campo y tratan de competir con el imbatible modelo Skype, hay pequeñas ‘startup’ que han sabido hacerse un hueco en este competitivo (rayano con la gratuidad) mercado de las llamadas de voz por Internet.
La operadora que preside César Alierta ha tenido que cerrar a finales de enero Jajah, la filial de llamadas de voz IP por la que pagó la friolera de 145 millones de euros en 2009.
Sin embargo, hay pequeños ‘Jajah’ en España que no sólo no necesitan estar bajo el paraguas de una gran operadora sino que son capaces de hacerse un hueco en el mercado sin socios inversores de peso.
Este es el caso de Vozelia, una pequeña empresa fundada en 2006 por dos socios españoles que con financiación propia se han ganado la confianza de potentes clientes como el CSIC, Renta Corporación, Seur, Casino Madrid, Mercedes Benz y la diputación de Segovia, entre otros.
Fundada en 2006, Vozelia facturará 1,5 millones de euros este año y dice no necesitar la entrada de ningún inversor externo para financiar su plan de expansión
“Con soluciones propias e infraestructura desarrolla en España hemos intentado profesionalizar el modelo Skype y dar un servicio mejorado al cliente y confianza total. Así, hemos conseguido gestionar 80 millones de minutos cada mes y más de 1.000 empresas ya confían en nuestros servicios. Operamos en 27 países”, señala a Vozpópuli uno de los dos fundadores de Vozelia, Alex Bryszkowski.
La empresa, que presume de poder financiarse con recursos propios y no necesitar inversor externo, se compromete con sus clientes en reducir la factura de telefonía entre un 40% y un 90%. Su desarrollo se debe, en buena medida, en el gran número de instaladores que confiaron en sus productos y lo van extendiendo progresivamente.
Vozelia facturó 930.000 euros en 2013 y su previsión para este año se eleva a 1,5 millones de euros. Uno de sus objetivos principales es asaltar el cuasi coto privado de los servicios de telecomunicaciones a las Administraciones Públicas. Cada vez más salen a concurso servicios que hasta ahora prestaba, por razones ‘hereditarias’, Telefónica y que se han convertido en un creciente nicho de negocio para las compañías más agresivas e independientes.