La primera operadora de telecomunicaciones acaba de anunciar un ambicioso plan para seguir creciendo en el despliegue de la red de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), la más potente que permite navegar por internet a velocidades de 100 megas. En concreto, Telefónica prevé conectar la mitad de los hogares de España en los próximos tres años, antes de 2015, según ha informado este jueves el presidente de Telefónica España, Luis Miguel Gilpérez, durante las jornadas de telecomunicaciones que se celebran esta semana en Santander.
Este objetivo coloca al sus rivales en una situación compleja en la futura batalla de la fibra. La brecha entre Telefónica y los alternativos se agudizará. Telefónica está dando pasos en firme: ya ha invertido 550 millones entre 2011 (256 millones) y 2012 (unos 300 millones) y ha conseguido llegar al 12% de los hogares en dos años (3,5 millones de hogares conectados).
En cambio, sus rivales están dispersos, en negociaciones para establecer acuerdos de coinversión y enfrascados en peticiones al regulador para conseguir que flexibilice la normativa, y que sus inversiones sean más seguras.
El tiempo es fundamental en esta carrera. El directivo ha recalcado durante su presentación en el encuentro de telecomunicaciones organizado por Ametic que la fibra óptica hasta el hogar es la única tecnología que garantiza las velocidades y capacidades necesarias para el futuro.
"Hemos tomado decisiones valientes, como cuando cambiamos el modelo de comercialización de terminales y redujimos nuestra cartera de dispositivos, y hemos avanzado en la transformación de la oferta", ha asegurado.
Plan de coinversión, en debate
Orange, Vodafone y Jazztel coinciden en que el modelo de coinversión les permitiría compartir una red propia y llegar antes y más barato a esta batalla, que si lo hiciera cada una por separado. Pero antes de aunar fuerzas, luchan por que el regulador les permita utilizar las redes de telefónica.
Orange, que se conforma con acceder a las redes de ciudades donde no planea invertir por motivos de rentabilidad, es la más optimista con el cambio de la regulación. Y por ello, es la única que ya tiene un plan de inversión, de 300 millones para desplegar fibra en los próximos cuatro años.
Por su parte, Vodafone sigue dudando en dar el paso a la inversión en el despliegue, y mientras su lucha se centra en conseguir que el regulador, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) le permita competir en fibra pero alquilando las redes de Telefónica.
Para desbloquear esta situación, Orange ha enviado una propuesta a la CMT: que a los operadores que no inviertan paguen más por alquilar las redes de Telefónica.
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