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De Torra a Huerta: por qué no podemos (ni deberíamos) editar tuits

Los expertos en la red social defienden su importancia como un registro de la historia 

Lo que se escribe en Twitter va a Misa. O al menos, eso es lo que esgrimen los defensores de esta red social que no permite editar publicaciones y que le ha valido calificativos de 'xenófobo' al presidente de la Generalitat, Quim Torra, o el mote de "menos deporte, hago de todo" al efímero ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta. "¿Tú piensas cómo hace ocho años? Probablemente no, pero lo que no se puede hacer es pretender reescribir la historia", coinciden los expertos en redes sociales consultados. 

Uno de ellos, el profesor de la Universidad de Navarra, Francesc Pujol, insiste en que el botón de editar en Twitter es "borrar". "Cada usuario tiene un derecho al olvido, y por eso, tiene derecho en Twitter a borrar sus tuits, borrar su pasado - Huerta ha cerrado finalmente su cuenta -, pero lo que no puedes hacer es reinventar el pasado, como ocurriría si se permitiera la edición", señala Pujol.

Por su parte, Amel Fernández remarca que la no posibilidad de edición dista ya de obedecer a una cuestión técnica de la red social, como se decía en sus inicios allá por 2006. "Hoy no creo que les lleve más de una tarde poder habilitar la edición de los tuits...pero eso desvirtuaría la naturaleza de la red social y daría pie al fraude, la manipulación de la realidad. Si yo retuiteo hoy a Messi y mañana aparece en ese mensaje una alusión a Adidas, me habré vuelto 'patrocinador de Adidas' y responsable sin querer de un contenido que yo no suscribí. El riesgo de manipulación que abriría una edición de tuits, así esté limitada en el tiempo, es enorme de cara a los políticos, la publicidad y la opinión pública". 

Este experto aboga de hecho por que Twitter vaya más allá y habilite un elemento que deje constancia de cuándo se ha eliminado un 'tuit'. "Hoy sabemos de estas cosas por pantallazos, pero de momento no hay ninguna entidad homologada y fiable que los haga", incide Fernández, que solo vería efectiva una edición de tuits si esta permitiera que se vea a un mismo tiempo el tuit original y el editado.

Twitter, el lugar en el que pasan cosas

Este experto advierte, en cualquier caso, de que la red del pajarito lleva tiempo perdiendo seguidores entre las nuevas generaciones por su falta de innovación y sus problemas de usabilidad. Pujol, por su parte, reivindica la importancia de que Twitter "aguante" ya que si lo hace será en el futuro "una herramienta fantástica para reconstruir la historia", e insiste en diferenciar la herramienta de quienes la utilizan. "Una cosa es el periodismo policial que va a por los tuits y los reproduce sin más, y otra muy distinta el periodismo policial que hace lo mismo poniendo las cosas en su contexto". 

Según Pujol, en los últimos dos años Twitter se ha consolidado como "el espacio en el que pasan las cosas. Twitter tiene hoy una relevancia política que va más allá de su dimensión en número de seguidores. El ritmo a la baja de estos se ha estabilizado en los últimos dos años. Gracias al efecto Trump, el 'brexit' y el uso que ha hecho el independentismo de Twitter, entre otros fenómenos, ha aumentado fuertemente la actividad y difusión de contenidos políticos. Ha subido el número de retuits y favoritos a este tipo de contenidos", y por ello los riesgos de desvirtuar esta red social, la única que mantiene esta línea mientras las demás tienden a la privacidad, son "muy grandes". 

En cuanto a las 'fake news', Pujol esgrime en definitiva que vivimos "una fase de adolescencia. Hay que acostumbrarse al nuevo espacio, las nuevas reglas, y no culpar a Twitter. Al final somos nosotros los que difundimos las fake news que favorecen nuestras ideas sin verificar y sin importar de si vienen de periodistas o medios serios". 

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