El pasado 12 de diciembre, la productora cotizada Vértice, filial de Ezentis, anunció la presentación del preconcurso de acreedores ante su delicada situación financiera. La decisión llegó después de una auténtica huida en cadena de consejeros de la sociedad, cuya cabeza visible fue el propio presidente de la compañía hasta septiembre, Manuel García-Durán. Desde este mes, cada consejo de administración asistió a una o varias dimisiones.
La última antes de la presentación del preconcurso fue la de Javier Cremades, hasta entonces secretario del máximo órgano ejecutivo de la productora y socio de García-Durán. La marcha de Cremades justo antes de acudir a la Ley Concursal ha llamado especialmente la atención de los mercados ya que el letrado se presenta como un firme defensor de los intereses de los accionistas minoritarios desde la asociación Aemec, de la que es impulsor.
La huida comenzó tras el verano. En el consejo administración de septiembre y de manera sorprendente, los tres representes de Ezentis en el consejo de administración de Vértice presentaron su renuncia. Entre ellos García-Durán, también presidente de Ezentis, que dejaba su cargo a José Herrero de Egaña, sobrino de la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. También renunciaron Luis Gayo del Pozo y Fernando González, todos ellos dominicales en nombre de Ezentis.
Al mes siguiente, era el turno de EBN Banco de Negocios, accionista significativo de Ezentis, y que contaba con un puesto en el consejo de Vértice. Por último, en noviembre llegó la dimisión de Cremades como secretario no consejero de la productora, apenas unas semanas antes de que este cúmulo de dimisiones en cadena tuviera como colofón el preconcurso.
Hundimiento en Bolsa
Cremades, que figura como consejero en Ezentis, está vinculado a García-Durán e incluso contó con él para formar parte de un consejo de administración alternativo en Pescanova, cuando la compañía entró en crisis tras descubrirse un gran agujero patrimonial.
García-Durán asumió la presidencia de Vértice a comienzos de 2012, después de frustrar los planes de su antecesor, José María Irisarri, para inyectar capital a la compañía a través de un nuevo socio, que sería el banco de inversión Nmás1. Los planes de García-Durán se basaban en generar valor para la empresa y hacerla crecer con contratos en el exterior, especialmente en Latinoamérica.
Sin embargo, la situación financiera de Vértice no ha hecho otra cosa que deteriorarse. García-Durán arrinconó la división de servicios audiovisuales, la que realmente daba dinero, hasta venderla por completo al fondo HIG y desligarla del grupo. Bajo el mandato de García-Durán, Vértice perdió dos tercios de su valor en Bolsa.
Sin reacción de la CNMV
Los citados movimientos en el consejo de administración tras el verano animaron a Vértice en Bolsa ante la expectativa de una hipotética entrada de nuevos socios. Pero, en realidad, se trataba de un movimiento de huida, como ha quedado comprobado tras la presentación del preconcurso de acreedores. Tras recurrir a la Ley Concursal, la cotización de Vértice ha vuelto a hundirse.
En el mercado también ha llamado la atención que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no haya requerido explicaciones a la compañía sobre las marchas en cadena de su consejo de administración y la culminación de estos movimientos en el preconcurso de acreedores.
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