La segunda operadora de telecomunicaciones, Vodafone, rompió este verano su compromiso de no subvencionar terminales, y empezó a ofrecer móviles a un menor precio a sus nuevos clientes. Entonces la compañía explicó que era una iniciativa aislada y temporal, que vencía el 15 de septiembre. Pero ahora la compañía ha confirmado que lo seguirá haciéndo. También de forma aislada y puntual.
“Queremos reducir el peso de las subvenciones. Pero en los escenarios competitivos actuales, hay rachas buenas, y rachas no tan buenas. Iremos haciendo ajustes tácticos dentro de nuestra estrategia. No hay más remedio”, explica Francisco Román, presidente no ejecutivo de Vodafone.
En el primer trimestre de este año, durante el mes de marzo, las dos grandes operadoras Movistar y Vodafone anunciaban a bombo y platillo el fin de la subvención de terminales, porque el modelo de captacion y retención de terminales se volvía insostenible por el impacto tan fuerte en las cuentas de resultados. Los dos grandes operadores querían reducir los abultados costes de captación incompatibles con la gran sangría de clientes que sufrían en plena crisis económica. La competitividad era muy elevada. La inversión para atraer o retener a los clientes era muy elevada, y sus resultados negativos, porque sus clientes huian hacia las operadores Orange, Yoigo y móviles virtuales (OMV). Se abría así una nueva etapa, en la que aparentemente sólo Orange, se comprometía a seguir con modelo agresivo de subvención de terminales.
Desde entonces, Orange jugó un papel de resistencia y se ha mantenido fiel a esta tendencia. Pero las dos grandes compañías, que sufren la pérdida de clientes de telefonía movil, se han visto obligadas a saltarse en ocasiones el modelo ideal de no subvención. Modelo que, en principio, no ha funcionado como imaginaban. De hecho, la práctica de regalar terminales nunca llegó a desaparecer radicalmente.
Telefónica ha dejado a un lado la subvención agresiva de móviles en la fase de captación de nuevos clientes (con alguna excepción en la captación de clientes de su principal rival, Orange, por ejemplo), pero sí ha mantenido algunos planes de subvención sobre sus clientes, con el objetivo de seguir fidelizando los ya existentes. "Ahí es donde concentramos nuestros esfuerzos y la clave está en que hemos reducido el número de bajas, el churn", según ha explicado este martes José Mª Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica España.
“Competencia en fibra, sí, pero con la red de Telefónica”
En medio de este contexto de competencia, escasos márgenes y crisis económica y recorte de negocio, Vodafone ha aprovechado las jornadas del sector de las telecomunicación que se celebran esta semana en Santander para instar al Gobierno a tomar una serie de decisiones claves para su estrategia.
Por un lado, Vodafone ha pedido al Gobierno que garantice la competencia en la fibra óptica, mercado donde el sector está centrado buena parte de sus esfuerzos en inversión, permitiendo a los alternativos usar las infraestructuras de Telefónica. Vodafone lleva meses apostando por un modelo de coinversión para crecer en el negocio de la fibra óptica, pero las cuentas no salen. Román ha insistido en que la regulación sigue sin garantizar las inversiones a los alternativos. En cambio, para Telefónica la clave de batalla de la fibra óptica se centrará en la rapidez con que un operador despliegue la red."Las redes hay que hacerlas. La clave está en acelerar su despliegue. Hay que invertir", señala Pallete.
La Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) anunció a principios de 2009 que Telefónica tenía que compartir su nueva red de fibra óptica con sus rivales para que éstos pudieran ofrecer a los usuarios Internet a una velocidad de hasta 30 megas. "Qué sentido tiene mantener el límite de obligación en los 30 megas, cuando las ofertas están en por encima", se pregunta el directivo.
Menos cargas impositivas
Otra de las exigencias de Román al Gobierno es que relaje al sector de las cargas impositivas. "Que no se vea al sector de las telecomunicaciones como un generador fácil de impuestos sólo por el hecho de que se manejen flujos altos de dinero".
Vodafone contribuye con unos 2.600 millones en impuestos anuales en España. Se trata de una cifra superior en tres puntos porcentuales a la media de lo que pagan las filiales de Vodafone en Italia o Alemania. Un ejemplo para paliar estas diferencias, dice Román, sería eliminar la tasa compensatoria para RTVE, que supone que los operadores contribuyan a la financiación del ente público con un 0,9% de sus ingresos.
Por el lado de la competencia, Román ha subrayado que en un entorno de liberalización y de crisis económica sería una buena ocasión para que las administraciones públicas contraten a los operadores alternativos. En este sentido, ha señalado que Telefónica copa el 60% del mercado de los servicios de telefonía en las administraciones.
Además, Román ha instado a que otras compañías contribuyan al Fondo Nacional del Servicio Universal. Hasta ahora Vodafone, Orange y la propia Telefónica, que es la que presta el servicio, se reparten el esfuerzo en función de su peso en el mercado.
Por otra parte, el presidente de Vodafone España ha afirmado que es "anómalo" que esté en vigor la declaración de dominancia conjunta en el sector del móvil de tres operadores (Telefónica, Vodafone y Orange). Román ha afirmado que es "tiempo" de que se reconozca que el sector móvil es "competitivo" y no hay "base legal, ni económica" para seguir imponiendo obligaciones a los tres grandes.