El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, dimitió este miércoles de su cargo al frente de la compañía alemana tras el escándalo desatado por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en sus vehículos diésel en EEUU, según ha informado la propia empresa.
Winterkorn presentó su dimisión tras una reunión del consejo de supervisión para abordar la crisis. "Volkswagen necesita un nuevo comienzo, también en términos personales. Con mi dimisión dejo el camino libre", dijo Winterkorn, según recoge Efe.
"Estoy impactado por los acontecimientos de los últimos días, sobre todo, estoy impresionado por que una conducta errónea a esta escala sea posible en el grupo Volkswagen", añadió. "Admito como presidente la responsabilidad por las irregularidades que se han encontrado en motores diesel y por ello he pedido al comité de supervisión llegar a un acuerdo para acabar mi función como presidente del consorcio", sentenció. El principal candidato a la sucesión es Matthias Müller consejero delegado de Porsche, una de las filiales principales del grupo Volkswagen.
Su contrato finalizaba en 2016
Winterkorn señaló que su dimisión se basaba en el interés de la empresa, incluso al ser consciente de no haber hecho nada mal él mismo. El consejo de supervisión de Volkswagen, un órgano supervisor típico de las empresas alemanas, aseguró que Winterkorn no sabía nada de estas manipulaciones.
Winterkorn, cuyo contrato finalizaba a finales de 2016, hizo hincapié en que el proceso de clarificación y transparencia debe continuar. "Esta es la única forma de ganar confianza. Estoy convencido de que el grupo Volkswagen y su equipo superará esta grave crisis", dijo el hasta ahora presidente del grupo.
La Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA) detectó una manipulación en las pruebas de certificación de vehículos diesel de Volkswagen a través de un software, que disfrazaba que emitían gases contaminantes hasta 40 veces superiores a lo permitido Volkswagen ha reconocido haber manipulado los datos de emisiones contaminantes de varios de los modelos diesel que comercializa en EEUU y podría enfrentarse a una multa de 18.000 millones de dólares.
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