Un juez de Sao Paulo ha negado la pretensión de Zara, propiedad del grupo Inditex, de anular el proceso que se sigue contra la empresa en Brasil por confeccionar sus prendas en condiciones cercanas a la exclavitud en un taller subcontratado de Americana, interior paulista. Aunque la compañía reclamaba la nulidad del proceso, el juez Álvaro Emanuel de Oliveira Simões se basa en que Zara Brasil adquiría el 90% de las prendas a la empresa Aha Indústria e Comércio LTDA y que cuando se registró la intervención de los inspectores de trabajo los operarios de la firma confeccionaban la ropa en exclusiva para la firma española.
El caso se remonta al año 2011 cuando inspectores de trabajo brasileños se desplazaron a una empresa de confección radicada en la localidad de Americana tras la denuncia de inmigrante boliviano. Allí constataron las condiciones degradantes en las que trabajaban. Los inspectores encontraron que en la fábrica de confección de Aha Indústria e Comércio LTDA había 52 personas trabajando en unas condiciones laborales cercanas a la esclavitud. Los operarios trabajaban 14 horas al día y recibía entre 12 y 20 centavos de real (0,06 céntimos de euro) por pieza acabada.
En su momento Zara Brasil aseguró que la subcontrata de la empresa "no había sido autorizada" por la matriz. El grupo Inditex, propietario de la marca, se comprometió a revisar, en colaboración con el Ministerio de Trabajo y Empleo, el sistema de producción de sus prendas para garantizar que no se registrase la explotación de los trabajadores en los talleres de costura.
Pero un juez de Sao Paulo no ha dado credibilidad a los argumentos de la compañía textil. La decisión de Álvaro Emanuel de Oliveira Simões da Terceira Vara de Trabalho de São Paulo puede ser recurrida en una instancia superior, en concreto en el Tribunal Regional do Trabalho da 2ª Região. Los abogados de la empresa habían solicitado la nulidad del proceso por considerar que no se había practicado ningún acto irregular ya que, en opinión "el Ministerio de Trabajo y Empleo extrapoló sus atribuciones".
El juez De Oliveira argumenta que hubo fraude en la intermediación "hubo prestación de servicios, no eventualmente, remuneración y subordinación económica". El magistrado sentencia que como defendió la Abogacía del Estado, la empresa Zara Brasil tiene responsabilidad directa con lo sucedido en las instalaciones de la firma Aha Indústria e Comércio LTDA de Americana.
En su momento el auditor fiscal del Ministerio de Trabajo Luiz Alexandre de Faria afirmó que cada trabajador de la empresa subcontratada por Zara ganaba dos reales (0,66 céntimos de euro) por cada pieza, otros dos eran recibidos por la propietaria de Aha Indústria e Comércio LTDA y otros dos eran destinados para pagar la alimentación y los lamentables cuartos (sin ventanas) donde vivían los trabajadores como si fueran esclavos.
Zara niega las acusaciones y acusa a la empresa subcontratada
Inditex asegura que la empresa radicada en Americana que fue denunciada por el inmigrante boliviano "desvió piezas a subcontratas sin el conocimiento de Zara Brasil obteniendo ganancias económicas y que no fue considerado por el tribunal".
"Zara Brasil jamás obtuvo ninguna ventaja financiera con las irregularidades cometidas por AHA. La empresa que cometió las irregularidades y ventajas económicas no fue investigada, juzgada o sancionada. Al contrario sigue actuando en el mercado normalmente", aseguró la empresa española en una nota informativa.
En septiembre de 2011, el presidente de Zara en Brasil, Enrique Huerta González, dio explicaciones en la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Sao Paulo sobre esta denuncia. Allí aseguró que no sabía de la existencia de trabajo esclavo en empresas contratadas por Zara Brasil para puntualizar que estas empresas ya existían antes de iniciar sus operaciones en el gigante sudamericano.
La noticia se conoce días después que se publicase un informe en donde se detallaba que en el mercado brasileño Zara es donde más cobra por sus prendas en todo el mundo, aunque una de las razones es la alta carga tributaria que soportan los residentes en Brasil. Así por ejemplo el mismo vestido cuesta 55 dólares en España, 79 en Estados Unidos y 171,6 dólares en las tiendas de Brasil, donde Zara es considerada una tienda de lujo. La pesquisa fue realizada en 87 países.
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