Enagás aspira a ser un operador de redes de hidrógeno. La compañía que controla el Estado con un 5% del accionariado a través de la SEPI quiere tener el control en España del elemento que promete sustituir al gas. Europa debe autorizarlo y, para ello, la empresa que dirige Arturo Gonzalo debe vender su filial Enagás Renovable para cumplir con las normas europeas.
“No a corto plazo”, explicaba el propio Arturo Gonzalo en los resultados anuales de Enagás. “En el horizonte 2030, tenemos que reducir nuestra participación en ese negocio no regulado, porque nuestro objetivo estratégico prioritario es ser un gestor de infraestructuras de hidrógeno”, añadía a los presentes. Unas palabras que, según explican fuentes conocedoras de este proceso a Vozpópuli, el proceso de venta puede acelerarse porque sus socios en la compañía siempre han querido aumentar la participación.
Enagás controla el 60% de la filial Renovable. Una participación que se ajusta a lo establecido por la CNMC. Otro 30% está en manos de Hy24, una 'joint venture' formada por Ardian, Credit Agricole y FiveT Hydrogen. El 10% restante se lo reparten a partes iguales Pontegadea, la firma de inversión de Amancio Ortega, y Navantia, el fabricante público que también controla la SEPI. Tanto Ortega como la SEPI no prometen movimientos, según explican las mismas fuentes. El foco está sobre el fondo que lidera Ardian.
La firma de inversión francesa quiere alcanzar el 50% del capital de Enagás Renovable y eso es lo que pretendían 2022 cuando negociaban su entrada con la empresa que preside Antonio Llardén. Y, cuando el acuerdo estaba cerrado, los dirigentes de Enagás, su asesor Rothschild y el propio Gobierno presionaron para que Hy24 no superara el 30%. Pero la necesidad de Enagás de vender esta participación hace al ‘socio francés’ el candidato número uno para comprar parte de la participación a la empresa que dirige Gonzalo.
Pensar en infraestructuras
La empresa seguirá creando valor en esta filial mientras no existan buenas propuestas. La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) le ofreció, recientemente, un marco de actuación para que las actividades de Enagás Renovable para que no entren en conflicto de intereses con sus actividades reguladas del sistema gasista y que afectan a su gestión técnica (Enagás GTS) y al transporte.
La cartera de activos con las que cuenta en este negocio son 25 proyectos de desarrollo de hidrógeno renovable, y 21 proyectos de desarrollo de biometano, distribuidos a lo largo de la geografía española, en colaboración con otros socios. Tres de ellos, son proyectos en el PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno y Almacenamiento con 25 millones de euros de ayuda pública.
“Para ser un HNO (hydrogen network operator) y nos parece altamente probable que en la normativa europea se establezca la separación de actividades entre transporte, distribución y comercialización de gases renovables. Nuestro lugar ahí está en las infraestructuras. En esa hoja de ruta se puede dar una reducción progresiva en Enagás Renovable, pero no a corto plazo”, explicaba el propio consejero delegado de la compañía.
Enagás busca hacer caja
Además de centrarse en el negocio de las infraestructuras, la nueva dirección que lidera Arturo Gonzalo tiene como foco centrarse más en Europa y desprenderse de sus activos en países como México, Perú o Chile. Un viaje que pretende mejorar el perfil de riesgo de la compañía hacia un modelo más acorde con los negocios regulados.
La empresa necesita buscar alternativas a los ajustes de retribución que está viviendo en sus activos regulados. El otro frente son sus compromisos de 410 millones anuales de dividendo y 7.000 millones de euros la inversión necesaria hasta 2030 para construir la futura red de hidrógeno del país. Con estos compromisos, las necesidades de ingresos extra son obligatorios.
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