La junta general de accionistas que Endesa celebrará el próximo 12 de abril será el acto de despedida de Borja Prado como presidente de la eléctrica, lo que cierra una etapa de diez años al frente de la compañía y doce como miembro del consejo de administración. La trayectoria de Prado en Endesa estará siempre ligada a Enel, de cuya mano aterrizó en la compañía española, después de una cuantiosa inversión para adquirir la mayoría del capital que está próxima a ser recuperada vía dividendo. En concreto, Enel ha ingresado hasta ahora cerca de 30.000 millones de euros por esta fórmula.
Aunque la OPA conjunta de Enel y Acciona sobre Endesa fue lanzada en 2007, no fue hasta dos años después cuando Borja Prado fue nombrado presidente. Sin embargo, su nombre fue una de las claves de la operación de compra de la eléctrica española, especialmente por su papel como hombre fuerte de la entidad financiera italiana Mediobanca en España.
No en vano, Mediobanca fue una de las entidades a través de las que Enel adquirió derivados sobre acciones de Endesa, cuya ejecución le llevó a incrementar su participación desde el 9,9% hasta cerca del 25%, en junio de 2007, precisamente la fecha en la que Prado aterrizó en el consejo de Endesa.
El papel de Mediobanca en la operación iba más allá, ya que formaba parte de un sindicato de entidades bancarias que otorgó a Enel una línea de crédito de hasta 14.000 millones de euros para afrontar el abordaje de la eléctrica española. Dos años después, la compañía italiana se quedó como accionista de referencia de Endesa tras la salida de Acciona, lo que aprovechó para nombrar presidente a Prado y comenzar a desplegar su estrategia con una filial de cuyo capital, por entonces, controlaba más de un 92%.
Latinoamérica, la operación clave
Cinco años después, llegó sin duda el punto culminante de esta etapa, con la adquisición por parte de Enel de los activos de Endesa en Latinoamérica, considerados como la joya de la corona de la eléctrica española. Una costosa operación, valorada en cerca de 9.000 millones de euros, pero que Enel logró autofinanciar con una peculiar fórmula: decidió que la totalidad de los ingresos de Endesa por la venta fueran destinados a retribuir a los accionistas.
De esta forma, Enel recuperó de forma casi inmediata más del 92% de la inversión, lo que le correspondía por la participación en el capital de la española. Un dividendo que pasó a la historia por ser el mayor de la historia empresarial en España. Aquel ejercicio 2014, Enel ingresó algo más de 14.000 millones de euros en concepto de dividendos provenientes de Endesa.
Para entonces, Enel ya estaba recuperando a marchas forzadas la inversión en Endesa pero, además, salía enormemente reforzada con el control del negocio latinoamericano de la compañía española. Prado ejecutaba a la perfección la estrategia de la eléctrica italiana, por otra parte totalmente legítima como socio mayoritario que es.
Una compañía reducida a la mitad
Aunque, eso sí, el balance de su etapa como presidente de Endesa no haya quedado precisamente lustroso desde el punto de vista de las magnitudes básicas de la empresa.
Los últimos resultados anuales de la eléctrica española, correspondientes a 2017, reflejan unos beneficios de 1.463 millones de euros, un 50% por debajo de los registrados en 2006, justo el año anterior a la llegada de Enel al capital de Endesa.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) también ha quedado reducido a la mitad en estos doce años. Mientras, la potencia instalada de la compañía, situada ahora en torno a los 23.700 megawatios, es un 48% inferior a la que registraba en 2006.
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