España fue en 2020 el séptimo país que más invirtió en energía eólica de la Unión Europea, llegando a destinar un total de 1.500 millones de euros, según ha informado la Asociación Empresarial Eólica (AEE)
En ese mismo año, los países de la Unión Europea invirtieron 43.000 millones de euros, cubriendo 20 GW de potencia para nuevos parques eólicos que se construirán en los próximos años, 13 GW de ellos en la UE. Esta cifra de inversión es la segunda cantidad anual más alta que hay registrada y supone un 70% más que en 2019, según un informe presentado por WindEurope, la asociación eólica europea.
Reino Unido fue el mayor inversor en 2020, aportando 13.500 millones de euros. Le siguen los Países Bajos, con cerca de 8.000 millones de euros, Francia con 6.500 millones de euros y Alemania con 4.300 millones de euros. Estos dos últimos países fueron los que más invirtieron en energía eólica marina.
Turquía y Polonia ocupan la quinta y sexta posición con una inversión de 1.600 millones de euros cada uno. España aparece en séptimo lugar, con 1.500 millones de euros de inversión para financiar 1,5 GW.
Como parte del crecimiento de la energía eólica en España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) tiene como objetivo 50,3 GW de potencia eólica en 2030. Para conseguir este objetivo es necesaria la instalación de potencia eólica a un ritmo constante y estable de 2,2 GW anuales, con mecanismos que permitan velar por la cadena de valor española.
Por debajo de los planes
Para el director ejecutivo de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez, las inversiones en eólica en España, aun siendo significativas, están todavía "por debajo del ritmo anual necesario para garantizar la consecución de los objetivos del PNIEC para 2030, un 32% inferior al volumen anual necesario para alcanzarlos".
Para Márquez, parte de la solución pasa por incrementar los cupos para la eólica en las próximas subastas, acercándolos más a la capacidad de producción industrial que tiene España, a la vez que se continúa formalizando PPAs.
La actividad de adquisiciones de proyectos a nivel europeo en 2020 se situó en 15.100 millones de euros, cifra inferior a los dos años anteriores, en los que se alcanzaron cifras de 17.500 millones de euros y 19.600 millones de euros en 2019 y 2018, respectivamente.
No obstante, teniendo en cuenta estas cifras inferiores, las inversiones de capital se apresuraron a recuperarse después de la conmoción inicial provocada por la pandemia de la covid-19. España fue el mercado europeo con la mayor actividad de adquisición de proyectos e instalaciones de energía eólica terrestre, con 2.500 millones de euros por un total de 2,4 GW eólicos.
De los 43.000 millones de euros de inversión en 2020, 17.000 se destinaron a proyectos de eólica terrestre, cubriendo 13 GW de nueva capacidad, y 26.000 millones fueron a parar a la energía eólica marina, cubriendo 7 GW de nueva capacidad.
WindEurope ha advertido de que los 13 GW de nueva potencia invertida en la UE no son suficientes para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos para 2030. La UE necesita construir 27 GW de nueva potencia eólica al año para cumplir su nuevo objetivo de reducción de emisiones del 55%. El principal problema es la lentitud en la tramitación administrativa de los parques eólicos.
Los parques eólicos continúan financiándose con un 70-90% de deuda y un 10-30% de capital. La financiación bancaria sigue siendo crucial. Los bancos prestaron un récord de 21.000 millones de euros de deuda sin recurso a nuevos parques eólicos en 2020.
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