La economía española gana competitividad salvo en los sectores que regula el Gobierno. ES la conclusión que se extrae de los precios de exportación publicados por el INE que revelan que el precio de la energía ha subido el triple que el resto de actividades económicas hasta acumular un repunte en sus precios del 8,1%, frente al apenas 2,5% que han crecido el resto de bienes que fabrica la economía española.
La subida de los precios de la energía responde en España a factures fundamentalmente regulatorios. Mientras las materias primas han aumentado un 3% sus precios en el mercado de subastas, las tasas y nuevas decisiones regulatorias componen el resto del repunte de precios hasta alcanzar ese 8,1% en el penúltimo mes del año.
La subida de los costes energéticos es doblemente relevante: en primer lugar, desde el punto de vista económico porque permea a todas las actividades económicas y encarece los costes de todos los productos pese a que los trabajadores rebajen sus sueldos, tal y como ya ha ocurrido. Pero en segundo lugar, es importante desde el punto de vista político porque el Ejecutivo se ha comprometido a rebajar los costes de la energía a lo largo de la legislatura y ha hecho de ello uno de los ejes para ganar competitividad.
El segundo lastre impuesto por el Ejecutivo
España ha comenzado una devaluación interna de los llamados “costes de producción” como vía para ganar cuota de mercado. Por ese motivo, los salarios han bajado una media del 3,7% y la mayoría de empresas asegura haber recortado sus márgenes de beneficio.
Como consecuencia de ese doble ajuste de trabajadores y empresas la balanza comercial ha comenzado a equilibrarse y los bienes más susceptibles a la exportación, los bienes de consumo duraderos, sólo han subido sus precios un 1,2% mientras que los bienes de equipo se encarecen un 2,4%.
El Ejecutivo ha aumentado los precios de luz y gas a lo largo de todo el año. La factura de la luz se ha encarecido en un 8,3% de media desde que comenzó el 2012. Esa subida de precios forzada por las decisiones regulatorias se suma al encarecimiento de los productos que también provoca la subida del IVA.
Esa tendencia al encarecimiento de la factura continuará en 2013 donde hay un desfase entre lo que se debe recaudar y lo que se achaca al recibo que supera los 2.000 millones de euros.
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