Poco más de dos años después de hacerse efectiva la fusión entre Gamesa y el negocio eólico de Siemens, la multinacional alemana ha dado los primeros pasos para empezar a soltar lastre en la compañía. La decisión adoptada este martes por el consejo de supervisión de Siemens de escindir sus negocios de gas y electricidad en una nueva sociedad (a la que también traspasarán su participación del 59 en Siemens Gamesa Energy Renewable) para su posterior venta parcial supone que el destino del fabricante de aerogeneradores pasará a depender menos del gigante germano, cuyos planes pasan por desconsolidar de su balance el negocio energético.
En este sentido, Siemens anunció que tras la salida a Bolsa de su nueva división, Siemens Gas & Power (GP), su peso en ella se situará por debajo del 50%, precisamente la circunstancia que le permitirá dejar de consolidar los resultados de Siemens Gamesa. La sociedad de nuevo cuño mantendrá, en principio, el paquete del 59% en el capital de Gamesa. Sin embargo, la participación indirecta de Siemens se diluirá tras la salida a Bolsa de Siemens GP, toda vez que la matriz pasará a tener una posición minoritaria.
En el mejor de los casos, la compañía alemana verá diluida su participación en Gamesa, que ostentará de forma indirecta, por debajo del 30%.
Tras el anuncio de la escisión, Siemens ya se ha puesto manos a la obra en la operación, con el nombramiento de un director financiero para la nueva división, en la persona de Klaus Patzak, que recientemente se reincorporó a la multinacional después de dejarla temporalmente para ocuparse de los números de compañías como Osram Licht, también participada por Siemens, y Bilfinger.
Inquietud sindical
La decisión de la compañía alemana ha puesto en alerta a los sindicatos, ante las posibles implicaciones que pudiera tener para el empleo, que ya se ha visto afectado recientemente por la marcha del negocio de Siemens Gamesa. UGT ha hecho público que solicitará una reunión de carácter urgente con el Gobierno, actualmente en funciones tras las elecciones del 28 de abril, y con la compañía para conocer más detalles de la operación. Los representantes de los trabajadores han asegurado no tener noticia alguna sobre las intenciones de la compañía germana.
A la expectativa también está el otro accionista de referencia de Siemens Gamesa, Iberdrola, que cuenta con una participación de algo más del 8%. La eléctrica ha manifestado en numerosas ocasiones su descontento con la gestión del fabricante eólico y ha acusado a Siemens de no cumplir con algunos de los puntos que formaban parte del acuerdo de fusión.
Esto incluso llevó a la eléctrica que preside Ignacio Galán a solicitar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que examinara si debía exigir a Siemens el lanzamiento de una OPA, de la que fue eximida en su día precisamente en virtud del pacto con Iberdrola.
No obstante, la relación entre ambos accionistas se ha suavizado en los últimos meses, conforme los resultados de la compañía han ido mostrando una clara mejoría. Por el momento, Iberdrola no se posiciona de manera oficial sobre la decisión de Siemens, al menos hasta no conocer más detalles sobre la misma.
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