Energía

La AIE revisa radicalmente a la baja la demanda global de gas hasta 2025

En su informe trimestral del gas publicado este martes, calcula que esa demanda incluso bajará un 0,5% este año y a partir de 2023 comenzará a recuperarse para llegar a un ritmo de progresión del 1,5% en 2025

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado radicalmente a la baja sus previsiones sobre la demanda mundial de gas hasta 2025 a causa de unos precios récord desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania y que van a seguir a niveles excepcionalmente elevados.

En su informe trimestral del gas publicado este martes, la AIE calcula que esa demanda incluso bajará un 0,5 % este año y a partir de 2023 comenzará a recuperarse para llegar a un ritmo de progresión del 1,5 % en 2025.

Eso significa que para el periodo 2021-2024 el incremento medio de la demanda será de un 0,6 %, cuando el pasado año se había anticipado una subida anual del 1,7 %.

Para hacerse una idea, entre 2021 y 2025 el aumento del consumo será de unos 140.000 millones de metros cúbicos, hasta unos 4,24 billones, cuando en los cinco años precedentes esa subida había sido de 370.000 millones de metros cúbicos.

El principal elemento que explica esta severa corrección es la guerra en Ucrania, que ha llevado a la Unión Europea a decidir reducir de forma drástica sus importaciones de gas de Rusia, tradicionalmente su principal proveedor.

Para sustituir esas importaciones rusas, Europa está intentando recurrir a otros países productores, y eso significa sobre todo al gas natural licuado (GNL) que llega por barco, un mercado que ha entrado en una tensión que no se va a poder resolver a corto ni medio plazo.

Los precios del gas seguirán muy altos

La consecuencia directa es la escalada de precios. Según las asunciones de la AIE, los precios del gas en el mercado holandés TFF, que sirve de referencia en Europa, no sólo van a sextuplicar este año los que había en 2019, antes del comienzo de la crisis del coronavirus, sino que en 2025 seguirán siendo prácticamente el triple.

Los autores del informe han elaborado un escenario de base en el que la UE disminuirá sus compras de gas ruso por gasoducto en alrededor del 55 % entre 2021 y 2025.

Pero también contemplan otro alternativo en que ese recorte podría llegar al 75 % por las grandes incertidumbres que hay, en particular ante la posibilidad de que Moscú cierre todavía más los grifos, como ya lo ha hecho estos últimos meses con varios países, entre ellos Alemania.

No resulta extraño que el incremento en la oferta global de GNL este año será insuficiente para responder a toda la demanda procedente de Europa.

En ese contexto, no resulta extraño que el incremento en la oferta global de GNL este año será insuficiente para responder a toda la demanda procedente de Europa, que absorberá más del 60 % de los incrementos que se produzcan en los tres ejercicios siguientes.

Porque la paradoja es que la expansión de la oferta se va a ralentizar, ya que los bajos precios del gas y del petróleo a mediados de la década pasada provocaron una reducción de las inversiones en nuevas capacidades, y eso tardará en revertirse.

Oferta limitada por falta de inversión

De esa forma, el volumen de GNL crecerá a un ritmo anual ligeramente inferior al 4 % en el periodo 2021-2025, muy por debajo del 7 % al que estuvo progresando en los cinco años anteriores.

Al mismo tiempo, las ventas por gasoducto se van a reducir globalmente a una cadencia del 1,9 % anual a causa del bajón de los flujos desde Rusia hacia Europa.

Una ilustración de esos movimientos es lo que ha ocurrido en junio, que ha sido el primer mes en que las importaciones europeas de GNL procedentes de Estados Unidos, con casi 5.000 millones de metros cúbicos, han superado las compras de gas ruso, que a comienzos de 2021 todavía solían ser de media de más de 12.000 millones mensuales.

La demanda europea de gas este año debería disminuir en un 9 % y la tendencia se mantendrá a la baja para el conjunto del periodo de previsión del informe, de forma que en 2025 se quedará en 536.000 millones de metros cúbicos, netamente por debajo de los 586.000 millones de 2019, por no hablar de los 604.000 millones del pico histórico de 2021.

Según las proyecciones de la AIE, solo una quinta parte de la revisión a la baja de las expectativas de la demanda global de gas hasta mediados de esta década será resultado de mejoras en la eficiencia energética o de la sustitución del gas por fuentes renovables.

De ahí que su director para mercados y seguridad en los mercados, Keisuke Sadamori, considere que en esta situación de crisis, hacen falta "mayores esfuerzos y políticas para un uso de la energía más eficiente y acelerar la transición a las energías limpias". 

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