Energía

Fiasco del bono social de la luz: 3,5 millones de hogares no lo cobran y las rentas altas se benefician más

La tasa de cobertura de la ayuda es inferior incluso a la del Ingreso Mínimo Vital, según un estudio de Esade. Y lo hogares con rentas altas sacan más provecho que las bajas

El bono social de le la luz pincha más aún que el Ingreso Mínimo Vital, y eso que esta ayuda a la inserción arroja datos pésimos de cobertura. Son el desconocimiento y la burocracia -cómo no- las principales razones que impiden una cobertura amplia para la población que lo necesita. Hasta el punto de que cerca de 3,5 millones de hogares tendría derecho al bono social, pero no lo reciben.

El dato figura en un informe elaborado por Esade, con la colaboración de Oxfam, y difundido este jueves. El estudio encierra dos conclusiones preocupantes. La primera es que en España sólo se benefician de la ayuda energética unos 1,6 millones de hogares. Esa cifra superaría los cinco millones si lo cobrara quien lo necesita y no lo está recibiendo actualmente.

La segunda conclusión llama incluso más la atención: las rentas altas sacan más provecho de la subvención que las bajas. Lo demuestra la tasa de cobertura, que mide el porcentaje de hogares que reciben la prestación sobre el total que tendrían derecho a ella. Según el estudio de Esade, la tasa media alcanza el 24,5%, 10 puntos por debajo de la del Ingreso Mínimo Vital, que ya de por sí es baja, según denunció recientemente la AIReF. En los deciles más bajos de renta, se reduce al 20%, mientras que supera el 40% entre familias de renta alta.

La explicación es doble. Por un lado, hay un requisito para la concesion que permite a los hogares con más ingresos acceder al bono social: ser familia numerosa. Por otro lado, las dificultades para tramitar la ayuda acaban desanimando a infinidad de potenciales beneficiarios con rentas bajas.

Por ejemplo, en los hogares monomarentales, a pesar de la ampliación de los requisitos de renta dentro de la propia regulación de la ayuda, la tasa de cobertura está por debajo de la de los hogares con ambos progenitores. De hecho, la brecha se ha ampliado hasta superar los 10 puntos porcentuales. Otro ejemplo: ser extranjero o residir en un municipio poco poblado reducen la probabilidad de recibir el bono.

"El problema es que, en muchos casos, los hogares desconocen que pueden acceder a esta prestación y, segundo, incluso si son conscientes de ella, han de ser capaces de realizar la solicitud, algo que no se puede dar por hecho dada la complejidad del procedimiento", advierten desde Esade.

Requisitos del bono social

El bono social eléctrico se introdujo en el año 2009, pero adquirió su forma actual en 2017. Su impulso depende actualmente del Ministerio para la Transición Ecológica, y consiste en un descuento en factura enfocado a hogares con dificultades de cubrir sus necesidades energéticas. Para recibirlo, el hogar debe tener una potencia contratada inferior a 10kW, en tarifa regulada, y cumplir determinados requisitos, que tienen que ver con los ingresos o el tamaños del hogar.

Uno de cada cinco hogares no pudo mantener una temperatura adecuada en su hogar durante 2023, la cifra más alta de la UE

España se encuentra dentro del grupo de países donde más ha aumentado la pobreza energética. Según los datos recogidos por el Energy Poverty Advisory Hub, nuestro país, junto con Portugal, tuvo en 2023 el mayor porcentaje de hogares que declaraban no poder mantener la vivienda a una temperatura adecuada en los meses de invierno. "Si miramos el indicador de retraso en el pago de facturas, España también se encuentra en la parte alta de la distribución, solo superada por Grecia, Bulgaria, Rumanía y Croacia y lejos de países de nuestro entorno como Portugal o Italia", recuerda el informe de Esade.

En un contexto marcado por la subida de precios energéticos, uno de cada cinco hogares no pudo mantener una temperatura adecuada en su hogar durante 2023, la cifra más alta de la UE, junto a Portugal, y en uno de cada diez hubo retraso en el pago de facturas. La cantidad de hogares que consumen menos energía de la necesaria por no disponer de recursos económicos para afrontar el gasto, se ha duplicado entre 2020 y 2022.

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