Energía

Iberdrola levanta en Francia algo que es imposible legalmente en España

Su proyecto de eólica marina en la Bretaña francesa está a un año de encender 835.000 hogares de la región con el viento del mar y a los 2.400 millones que ha invertido la eléctrica

Francia ya utiliza sus mares para generar electricidad. Algo que en España todavía es imposible, porque todavía no existe una regulación al respecto. Por ello, la mayor eléctrica española decidió hace una década saltar a aguas francesas para rentabilizar este avance. Iberdrola está ahora a pocos meses de poner en marcha su primer parque eólico marino en el país.

Este proyecto está a 16 kilómetros de la costa de la localidad de Saint Brieuc, en la Bretaña francesa. Una ciudad que, por clima y paisaje, se asemeja a regiones españolas como Galicia o Asturias. Dos comunidades que son clave en la construcción del proyecto. Las plataformas que plataformas que sustentan los aerogeneradores marinos, conocidos el gremio como jackets, se han construido por el consorcio formado entre Navantia y Windar en Fene (A Coruña) y Avilés (Asturias). Es decir, el parque eólico de Saint Brieuc es un proyecto levantado con la inversión de 2.400 millones de una empresa española, en una región similar al norte de España, con buena parte del material fabricado en puertos gallegos y asturianos.  

“Logramos la adjudicación en 2012, en 2017 nos dieron las autorizaciones y en 2020, pandemia mediante, arrancamos la construcción del proyecto”, explica bajo un ‘jacket’ el director del proyecto de Saint Brieuc de Iberdrola, Rafael Vara. Y pondrá sus 496 megavatios (MW) a funcionar el año que viene. El parque cuenta con 62 turbinas, aunque inicialmente se proyectó con 100. También hubo que aumentar el espacio entre aerogeneradores de uno a 1,3 kilómetros. La empresa tuvo que llevar el parque más lejos de la costa de lo que había proyectado inicialmente y habilitar el proyecto a las necesidades pesqueras que reclamaba la flota regional. 

Unos tiempos y procesos que reflejan el ritmo que lleva un proyecto de estas dimensiones. España cuenta en su plan energético, el famoso PNIEC, con tres gigavatios (GW) en marcha en 2030. Es decir, el Gobierno tiene que levantar seis parques como Saint Brieuc en menos de ocho años. “Muy ambicioso”, comenta alguno de los operarios de este parque eólico.

Se considera ambicioso porque todavía no se ha producido la primera subasta de eólica marina para conocer a los responsables de desarrollar estos proyectos. Un proceso que se 'desea' para el primer trimestre de 2023. Tampoco se han aprobado los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) en los que se identifiquen las zonas finalmente designadas para eólica marina. Aunque sí se ha habilitado una Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y las Energías del Mar en España y está en consultas públicaslos Planes de Ordenación del Espacio Marítimo.

Si los objetivos burocráticos se zanjaran con la máxima agilidad, regiones como Galicia, Canarias, Cataluña o Andalucía, que son las que suenan con más fuerza en las quinielas, podría tener un parque eólico en funcionamiento antes de 2030. La tecnología será clave para que con menos aerogeneradores se consiga menos energía, que la construcción sea más eficiente y que avances como la eólica marina flotante, que ofrece mayor facilidad a todo el proceso, aligeren todos los años de retraso que acumula España.  

Iberdrola, mientras, invierte fuera 

Las grandes empresas españolas entrarán en esa batalla cuando ese entramado regulatorio sea una realidad. De momento, como es el caso de Iberdrola, si quiere un proyecto de eólica marina tienes que ir a otras aguas. La eléctrica acumula ya tres parques en operación: West of Duddon Sands, puesto en marcha en 2014 en el mar de Irlanda; Wikinger, en funcionamiento desde diciembre de 2017 en aguas alemanas del mar Báltico e East Anglia ONE, en aguas del Reino Unido, del que se han instalado 82 de los 102 aerogeneradores.

Iberdrola levanta en Francia
Subestación marítima del parque de Saint-BrieucAS

A ellos, suma otros tres y Saint Brieuc en construcción. Y peleando por todas las adjudicaciones que salgan de esta tecnología. “En Francia hay tres procesos abiertos en nueva eólica marina y estamos en todos. Concursos donde hay grandes operadores pujando como Engie, TotalEnergies o Shell”, comenta Emmanuel Rollin, responsable de eólica marina de Iberdrola en Francia.

¿Buscar socios?

Iberdrola logró en 2012 la adjudicación de Saint Brieuc de la mano de dos socios franceses como son RES y Caisse des Dépôts. Poco antes del arranque de su construcción, la eléctrica española decidió comprar el 30% de estos socios y tomar el control total de las operaciones.

Un movimiento que le permite ahora orquestar una operación que reúne a la compañía holandesa de servicios marítimos Van Oord, al líder mundial en la industria de sistemas de cableado de energía Prysmian Group, Eiffage Métal y Engie Solutions construyendo la subestación marítima, Siemens Gamesa como proveedor de turbinas y un consorcio liderado por Atos para que todo funcione en el mar mientras se construye. 

Iberdrola, mientras, invierte fuera
El parque eólico marino WikingerIB

Cuando esta orquesta se apague y los aerogeneradores estén funcionando, Iberdrola puede que busque otro socio para rentabilizar esta gran inversión. Una estrategia que ejecutó cuando terminó su último parque eólico marino. La compañía anunció hace pocos días la venta del 49% del parque de Wikinger al fondo EIP por 700 millones de euros. Una forma de sacar partido a esta inversión, además del acuerdo de venta de la energía produzca en el mar que cerrará durante las próximas décadas como gigantes franceses como EDF o Engie. ¿Hará en Saint Brieuc la misma operación? Por ahora, la empresa se concentra en terminar la obra.

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