Este miércoles será el primer día que los consumidores disfruten de un mercado de la luz intervenido por el Gobierno. Las expectativas eran que, con el precio del gas limitado a 40 euros/MWh, el precio del megavatio rondaría los 130 euros. El precio medio final para este miércoles será de 165,59 euros/MWh, que supondría un caída del precio del 22,6% con respecto al martes. Aunque este no será el precio final y los consumidores con la tarifa que regula el Ejecutivo, y que dependen del precio mayorista de la electricidad, sufrirán una leve subida del 5% con respecto al último día sin intervención del Gobierno.
Esta diferencia de precios se debe a que, en la primera, no se añade la compensación de la medida. A los 165,59 euros/MWh que ha marcado el mercado se debe añadir la diferencia entre el precio real del gas y el límite que ha marcado el Gobierno, una diferencia que sale del bolsillo de estos consumidores. Según OMIE, Operador del Mercado Ibérico de Energía, esta diferencia se sitúan en 59 euros de media. Este coste, que se calcula de manera horaria, puede llegar a rebasar incluso los 78 euros en algún momento del día.
De esta forma, el precio final que pagarán los clientes de la tarifa regulada se elevará hasta una media de 224 euros, 10 euros más de los 214 euros/MWh del martes. El precio sin aplicar el esperado límite al gas hubiese sido de 237 euros. Un nivel que limitaría el efecto de la intervención del Gobierno a una rebaja del 6% para los clientes vinculados a la tarifa del Gobierno.
Un escenario que provoca que los grandes perjudicados de esta intervención sean las empresas que tengan un contrato a precio fijo y lo hayan renovado desde finales de abril, que sufrirá un recargo de media de casi 60 euros. Estos niveles de precios provoca que la jornada de estreno de la medida para frenar el alza de los precios quede por debajo de las expectativas.
Una polémica intervención de la luz
El límite al precio del gas es el plan estrella en el que lleva dos meses trabajando el Gobierno para frenar el descontrol de los precios de la luz hasta junio de 2023 y que ha logrado la pasada semana la luz verde de Bruselas para su aplicación.
El objetivo de los gobiernos de España y Portugal con esta medida es aprovechar el aislamiento eléctrico que tienen con Europa para intervenir el mercado mayorista de la electricidad. Esta intervención se realiza con un precio máximo de venta a la electricidad de las centrales que usan gas o carbón en su producción. El Gobierno cambia las reglas del mercado para limitar los costes de las centrales que producen electricidad quemando gas, que son los responsables de los altos precios de luz que llevamos pagando un año.
El descontrol del mercado de esta materia prima a nivel mundial, que ha aumentado con la invasión de Ucrania, es el principal responsable de la inestabilidad insufrible que vive el mercado eléctrico desde abril de 2021. Y esta ha sido la nueva solución de los técnicos del Estado para frenar esta sangría. Estas centrales son las últimas que entran en el mercado mayorista de la electricidad y marcan el precio del resto de las tecnologías que producen electricidad. Por lo tanto, la receta del equipo que lidera Teresa Ribera ha sido fácil ante un problema complejo: “si capamos el gas, capamos el mercado”.
Los beneficiados de esta medida son los hogares y consumidores industriales que pagan sus facturas de la luz dependiendo del precio del mercado mayoristas. O, lo que es lo mismo, aquellos consumidores que tienen la tarifa regulada del Gobierno, que es aproximadamente un 35% del total de todos los consumidores.
Pero los técnicos del Gobierno esperan que se incrementen estos beneficiados. Los nuevos contratos a precio fijo o sus renovaciones en este año disfrutarán de la bajada de precios. Sus previsiones reflejan que en los primeros siete meses se bajará la factura en torno al 15% y cerrará su vigencia, que es de un año, en un 30% menos que si no se hubiese aplicado la medida.
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