La locura de los precios de la luz tiene su efecto dominó. El Banco de España ha hecho público un informe este martes alertando del golpe que supone la escalada de precios eléctricos en los precios al consumo. Es decir, no sólo afecta en la factura de casa o en el trabajo, los consumidores también lo notarán en la inflación, el aumento de los precios de los bienes y servicios.
Su informe titulado 'El papel del coste de los derechos de emisión de CO2 y del encarecimiento del gas en la evolución reciente de los precios minoristas de la electricidad en España’ detalla cómo el aumento del 22,3% del mercado eléctrico en el primer semestre de 2021 tiene un impacto directo en el índice armonizado de precios de consumo (IAPC).
El Banco de España apunta que el incremento del precio del mercado mayorista entre diciembre de 2020 y junio de 2021 se tradujo en un aumento del 46% del término de energía. Puesto que este concepto supone, en promedio, aproximadamente el 48% del importe de la factura, el aumento en el precio pagado por el consumidor medio acogido al mercado regulado habría sido de un 22,3%.
“Dado que la energía eléctrica supone, según la ponderación de esta partida en el índice armonizado de precios de consumo (IAPC), un 3,5% del gasto total de los hogares en bienes y servicios, el encarecimiento de los precios en el mercado mayorista de la electricidad en los seis primeros meses del año habría contribuido al repunte observado de la inflación general, de tres puntos porcentuales, como máximo en ocho décimas”, explica el Banco de España en su informe.
El aumento del precio de los derechos de emisión de CO2, que es junto al gas el principal factor de este repunte, habría aportado unas dos décimas al ascenso de la tasa de inflaciónBanco de España
Esta investigación concluye que el aumento del precio de los derechos de emisión de CO2, que es junto al gas el principal factor de este repunte de la luz, habría aportado unas dos décimas al ascenso de la tasa de inflación en los seis primeros meses de este año, mientras que la contribución del incremento de los precios del gas habría sido de cuatro décimas.
“Por último, hasta una de las ocho décimas la habría podido aportar el impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica, que, como se ha indicado con anterioridad, suelen trasladar, con distinta intensidad, las generadoras a los precios de oferta del mercado mayorista”, explican los expertos.
La luz afecta no sólo en los hogares
Los efectos del encarecimiento de los derechos de emisión de CO2 sobre la evolución del precio al consumo no solo llega a través del consumo final de los hogares. El Banco de España apunta que afecta a dos canales adicionales. El primero de ellos, que también tiene una naturaleza directa, discurre a través del efecto del aumento del precio de los derechos de emisión sobre los precios de producción de las industrias sometidas al Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE.
Las actividades que contribuyen en mayor medida a la emisión de CO2, al margen de la propia generación de energía eléctrica a partir de combustibles fósiles, son la producción de cemento, la de acero y hierro, y la de cerámica, junto con el refino de petróleo y el transporte aéreo.
“En todo caso, el hecho de que una rama productiva sea responsable de una proporción elevada de las emisiones de gases de efecto invernadero no quiere decir, automáticamente, que sus costes se vean afectados por un encarecimiento de los permisos, pues ello dependerá del signo del saldo neto entre sus emisiones efectivas y los derechos asignados”, matizan los expertos.
Efecto indirecto
El segundo canal de efectos sobre la subida eléctrica en el precio de 'las cosas’, de carácter indirecto, viene dado por el peso en la estructura de costes de las distintas ramas de la economía que suministran bienes y servicios finales a los hogares. Las ramas que presentaban en 2018 un mayor peso de la energía eléctrica dentro del total de sus compras eran la fabricación de cemento, cal y yeso, la extracción de minerales metálicos no férreos y las industrias extractivas.
Por último, el Banco de España matiza que el encarecimiento de los derechos de emisión a través de estos dos canales adicionales es una cuestión “extremadamente compleja”. Porque dependen del grado de traslación de los incrementos de los costes de producción (ya sea directamente o a través de los consumos intermedios) al consumidor final. “Un caso concreto en el que la traslación es presumiblemente elevada es el de los billetes aéreos, si bien el impacto sobre el IAPC sería reducido, dado su escaso peso en la cesta de consumo de los hogares”, concluyen los expertos del supervisor bancario.
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