La energía eólica se ha convertido, de nuevo, en un compañero de viaje durante los desplazamientos veraniegos. Y se convierten en elemento de debate entre los viajeros, sobre todo, cuando están parados. Algunos aerogeneradores se paran porque no hay aire, otros porque se lo pide Red Eléctrica para no saturar el sistema e, incluso, algunos generan una electricidad que se vierte fuera de la red.
Estas paradas forzadas y vertidos de la generación de la eólica se ha acentuado en el último mes de agosto, pese a que el precio de la electricidad subió un 6,2%. Un hecho que se produce porque hay sobreoferta en zonas y momentos concretos, donde la eólica es más barata de parar que otras tecnologías como el carbón o la nuclear.
Por su parte, también se produjeron los denominados “vertidos económicos”. Un fenómeno que se da “cuando las ofertas de las plantas eólicas no casan en la subasta diaria porque sus ofertas son más altas o porque no se alcanza un mínimo de ingresos para el activo (ofertas complejas)”, explican los analistas del Grupo ASE.
Este fenómeno va a más cada año. Pese a que no existen datos oficiales de Red Eléctrica de cuánta electricidad se vierte, los analistas de Aurora Energy Research estiman en un informe del pasado mes de abril que los vertidos de energía solar y eólica aumentaron más de diez veces en 2022 con respecto al 2021.
Su informe culpa al sistema de transporte de electricidad de España de esta sobreoferta, que no ha crecido a un ritmo comparable al rápido aumento de energías renovables en el país. La descompensación genera áreas donde las redes de transmisión y distribución locales no tienen la capacidad de entregar la energía disponible a los consumidores, lo que puede provocar la interrupción de la generación o vertidos.
“Las restricciones o “curtailments” a parques eólicos han aumentado, especialmente en aquellas zonas de España de mejor viento”, detallan a Vozpópuli desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE). “Como dato, las limitaciones aplicadas a la eólica durante 2020 ascendieron a 187 GWh, un valor casi 4 veces superior al del año anterior (49 GWh en 2019). Esta tendencia al alza ha continuado durante los años posteriores, a medida que se han seguido construyendo nuevas plantas renovables”, añaden.
Una factura para los hogares
El problema es que esto tiene un coste, tanto para los productores de electricidad como para los ciudadanos. Red Eléctrica, el operador del sistema de transporte de España, recurre al mercado de Restricciones Técnicas para gestionar las restricciones de la red y compensa a aquellos que se ven afectados por sus decisiones.
El mercado de Restricciones Técnicas agregó 1.300 millones de euros a los costes totales del sistema eléctrico de España en 2022, equivalente a 68 euros por hogar, según los cálculos de Aurora Energy . Los costes han aumentado significativamente en los últimos años, alcanzando 840 millones de euros en 2021, frente a los 530 millones de euros en 2020 y los 250 millones de euros en 2019.
El mercado de Restricciones Técnicas también pone a algunos generadores en riesgo de perder dinero. Los generadores obligados a reducir su producción de energía en la fase de Programa Diario Base de Funcionamiento (PDBF) no reciben compensación. Estas instrucciones están en aumento a medida que aumenta la capacidad de generación renovable intermitente. La reducción no compensada en España aumentó de 67 GWh en 2021 a 715 GWh en 2022, según el mismo informe.
¿Cómo se pueden frenar estos vertidos?
“Una de las soluciones consiste en mejorar la capacidad de las redes de transporte y distribución en aquellas zonas en las que se prevé un mayor aumento de parques eólicos y fotovoltaicos, para evitar que se sigan congestionando en el futuro”, comentan desde la AEE.
No obstante, la construcción de nuevas líneas eléctricas, y el refuerzo de las existentes, se realiza a través de lentos procedimientos de planificación y tramitación por parte de las Administraciones. Más lentos aún que los necesarios para la construcción de nueva generación renovable.
Un factor que aumenta aún más el problema. “Estos procesos deben agilizarse para que las redes de transporte puedan seguir el ritmo de instalación de los nuevos parques renovables y del cumplimiento de los objetivos de descarbonización a 2030”, reivindican desde la asociación. La solución pasa también por acelerar la introducción de tecnologías que permitan gestionar las renovables en el sistema eléctrico, principalmente en el sector de almacenamiento. Una tecnología que permite “guardar” la energía renovable generada durante aquellos momentos de congestión, para poderla introducir en la red más adelante.
La Unión Europea establece que el volumen de vertidos renovables no debe superar el 5%. “Sin embargo, en la actualidad no se dispone de información detallada sobre las restricciones aplicadas en los diferentes nudos de la red por parte del operador del sistema”, puntualizan desde la Asociación Empresarial Eólica. Por lo que no es posible conocer si en algunas regiones de España ya se están superando estos umbrales.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación