Economía

El aumento de los ERTE en la segunda ola del virus lleva a 7,4 millones los demandantes de empleo

Aunque los trabajadores en ERTE computan como afiliados a la Seguridad Social y no se les considera parados, figuran como solicitantes de empleo en las oficinas del SEPE. Según estos registros, un tercio de la población española está en búsqueda activa de trabajo

La segunda ola del coronavirus en noviembre ha aumentado el número de ERTE para casi otros 50.000 trabajadores. Siguen en un limbo estadístico ya que se les computa como afiliados a la Seguridad Social y no se les considera parados. Sin embargo, sí constan como demandantes de empleo, es decir, trabajadores inscritos en las oficinas del SEPE que buscan trabajo aunque de momento las expectativas son poco halagüeñas.

Según los datos oficiales, había inscritos en este mes casi 7,4 millones de demandantes en su conjunto, 86.000 más que en octubre. Se trata del primer repunte desde mayo en que se alcanzó el récord de cerca de 8,4 millones. De esta forma, casi nueve meses después del inicio del estado de alarma por la crisis sanitaria hay más de 2,8 millones de personas más que buscan trabajo (63% más), incluyendo también el aumento del número de parados (605.265). Es decir, a finales de febrero había 4,5 millones de demandantes y ahora hay esos 7,4 millones, casi un tercio de la población activa.

Este rebote se debe a que los trabajadores afectados por los ERTES constan como ocupados dentro de los demandantes de empleo y que crece el número de personas que aún trabajando pretenden otro empleo. Así, en la estadística oficial aparecen 2,9 millones, con un incremento de esos 50.000 respecto al mes anterior (1,8%). La cifra supera en 2,1 millones a la que había antes de la pandemia ya que en febrero alcanzaba a 789.000. Lo que significa que casi se ha triplicado el número de personas ocupadas que buscan trabajo.

Por sectores, el aumento más importante es en los servicios ya que ahora hay casi 2,2 millones de ocupados más que buscan empleo frente a los 552.000 de febrero. Le sigue la industria con 390.000 demandantes frente a los 64.000 de hace nueve meses.

La hostelería suaviza las estadísticas

La estadística de empleo y paro de noviembre ha sido más benévola de lo que se esperaba ante el rebrote del virus y el incremento de los confinamientos territoriales y parciales. La decisión de algunas comunidades importantes de cerrar su perímetro, pero no ciertas actividades (como la restauración), unido al buen tiempo y al uso generalizado de las terrazas, ha permitido que haya habido menos despidos en este mes. Por ejemplo, en noviembre se han registrado 78.000 afiliados menos respecto al mes anterior en la hostelería cuando en el mismo mes de 2019 (sin coronavirus) el descenso fue de más de 105.000.

Además, se observa que hay actividades que siguen creciendo, además del sector público, o tomando su propio impulso: como la educación (31.000 afiliados nuevos frente a los 26.000 en el mismo mes de 2019), por la apertura de todo tipo de academias y por el efecto rebote de las importantes caídas durante el verano; o el campo (18.000 cotizantes más en el sistema especial agrario frente a un descenso de 2020 en noviembre del año pasado), ligado a la indispensable alimentación en esta crisis; o las actividades administrativas (13.000 afiliados más frente a los 2.000 de hace un año).

La Seguridad Social registró en noviembre 31.638 afiliados nuevos (el mejor dato en este mes desde 2006), pero se vio beneficiada por el calendario ya que el último día del mes, en que suelen rescindirse muchos contratos, coincidió con ser también el primer día de la semana (el día que más se contrata). De esta forma, el día 30 hubo 215.000 bajas mientras que se registraron 123.000 altas. De no haberse producido esta coincidencia, las cifras de empleo habrían sido otras.

De esta forma, el sistema público registra su séptimo mes consecutivo de incremento de cotizantes medios mensuales hasta alcanzar otra vez los 19 millones, a medio millón del récord de 19.533.211 registrado en julio de 2019. A pesar de la mejora estadística (sin perder la vista a la situación de los ERTES), la Seguridad Social ha perdido 228.000 cotizantes y 355.000 desde hace un año cuando el empleo (noviembre de 2019) crecía a un ritmo anual de 431.000. En términos desestacionalizados (que permite ver la tendencia) el alza del empleo es de 107.000 en este mes, que se ve beneficiado del rebote estadístico ya que, por ejemplo, en septiembre la subida fue de 110.000 y de 232.000 en agosto.

Si el cálculo de empleo se hace sobre la afiliación diaria sale que en noviembre se crearon 11.800, la mitad de los que dice la estadística en media mensual. De eta forma, un día antes del decreto del estado de alarma (11 de marzo) había 19.344.258 afiliados y el 30 de noviembre había 18.974.258. Por tanto, han desaparecido 369.806 cotizantes desde marzo, casi el 2%. Por tipo de contrato, hay 205.000 empleos temporales menos así como 142.000 también menos indefinidos, entre otros.

Creación de empleo insuficiente

En cuanto al paro, creció en otros 25.000, 5.000 más que en el mismo mes del año anterior, hasta alcanzar los 3.851.312. Las cifras no bajan ya que el empleo creado es totalmente insuficiente. Ha aumentado en 605.265 desde febrero y a 653.128 asciende el alza del desempleo desde noviembre de 2019 cuando en ese mismo mes descendía en 55.000 respecto al ejercicio precedente.

Que hay muchas dudas y que el mercado laboral no se recupera, como consecuencia de la situación económica propiciada en su mayor parte por la pandemia (también por la desaceleración detectada anteriormente), lo demuestra la estadística de las contrataciones. Desde el decreto del estado de alama, se han hecho 6,1 millones de contratos menos (5,5 millones temporales y 60.000 indefinidos) que en el mismo periodo del año pasado.

Es decir, entre febrero y noviembre de 2019 se formularon casi 19 millones de contratos y en 2020 la cifra es de 12,8 millones. En noviembre se realizaron 1.449.810 contratos, 314.000 menos que hace un año (-18%); 101.547 menos (-6,5%); respecto al mes anterior; y 6.183.975 menos (30%) que en los 11 meses transcurridos del ejercicio respecto a 2019. Sólo el 8,8% de estas contrataciones (128.189) fueron indefinidas (el 40% procede de conversiones de contrataciones temporales con el plazo concluido).

De ellas, el 40% son a tiempo parcial. Mientras, las contrataciones temporales han descendido en 271.000 respecto al mismo mes de 2019 y en 77.000 sobre el mes anterior. Lo que videncia que el mercado laboral, ligado a la actividad económica, sólo intenta subsistir y que no hay empleo nuevo ni expectativas inmediatas, salvo la vacuna, que se ha convertido en un flotador al que se agarra la clase política mientras crecen las dudas en el sector económico y laboral mientras la OCDE señala el horizonte de 2023 para volver a la situación de principios de 2020.

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