Fernando Sanromán trabaja en una empresa dedicada a la organización de espectáculos y desde el pasado mes de marzo se encuentra en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). "Desde abril he estado cobrando el ERTE sin problemas todos los meses, pero en noviembre no he cobrado ni un solo céntimo y a la mayoría de mis compañeros les ha pasado lo mismo", cuenta este trabajador de 35 años.
Una situación igual han vivido Abel Otero, cocinero, y todos sus compañeros que trabajan en un hotel del centro de Madrid que sigue cerrado desde marzo. "La empresa nos avisó que no cobraríamos nada este mes y así ha sido", señala este madrileño, padre de dos hijos.
Como ellos hay miles de personas que el pasado 10 de noviembre no cobraron el ERTE correspondiente a octubre y tendrán que esperar a diciembre para recibir el pago como consecuencia de un cambio burocrático contemplado en la última prórroga aprobada por el Gobierno, según confirman sindicatos y fuentes del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
En virtud del Real Decreto-Ley 30/2020, aprobado por el Consejo de Ministros, se dieron por finalizados 'de facto' todos los ERTE anteriores al 30 de septiembre y las empresas amparadas por la nueva prórroga tuvieron que formular antes del 20 de octubre una nueva solicitud colectiva de esta prestación para todos sus trabajadores.
"Lo que ha ocurrido es que las empresas que no han retomado aún la actividad han tenido que pasar a solicitar ahora los ERTE, cada mes, mediante el envío de un fichero XML distinto al documento de excel que presentaron en marzo", explica Pilar Seoane, directora de la oficina del SEPE en Boiro (La Coruña) y secretaria general de la sección sindical de CCOO ante el Ministerio de Trabajo. "Es el mismo procedimiento que han estado usando desde el 30 de junio, para comunicar los periodos de actividad de sus trabajadores, las empresas que ya habían dado de alta parcialmente a sus empleados", añade.
Pasan a cobrar a dos meses vista
"La nueva mecánica en la gestión de los ERTE es la que ha provocado esta situación e implica, además, que el pago a esos trabajadores de empresas que no han retomado aún la actividad, y que venían cobrando con regularidad, pase a ser a dos meses vista. En diciembre cobrarán el ERTE de octubre, en enero el de noviembre, y así sucesivamente", detalla Josetxo Gándara, responsable de Acción Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) ante la Administración del Estado.
En diciembre no cobrarán de forma conjunta el pago de octubre y noviembre con carácter retroactivo. "Hay un mes que se les va a quedar en blanco y que recuperarán un mes después de haber sido dados de alta por sus empresas cuando retomen la actividad", añade Gándara. Es decir, si una empresa recupera su actividad en febrero, el SEPE tendrá que pagar en marzo a sus trabajadores el ERTE de enero.
Un nuevo retraso provocado por el mencionado cambio burocrático que, unido a la ola de pagos indebidos pendientes de corregir, puede provocar errores en la declaración de la renta de 2021 de los afectados y ha aumentado el cuello de botella y la situación de colapso que registra el SEPE desde el pasado mes de abril. "Hemos tramitado 16 millones de prestaciones con una plantilla de 8.300 trabajadores", denuncia Gándara.
El propio secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, reconocía en octubre que el volumen de trabajo en el SEPE se ha multiplicado por seis este año, pero el Gobierno solo ha incorporado a 1.300 interinos para reforzar su plantilla pese a la avalancha de solicitudes y a que tendrán que tramitar también las dos últimos subsidios anunciados por el Ejecutivo.
707.673 trabajadores siguen en ERTE
Durante la negociación de la última prórroga de los ERTE, en septiembre, los representantes de las empresas también expresaron al Gobierno su sorpresa por tener que pasar de nuevo por el trámite de enviar las solicitudes colectivas para sus trabajadores y por tener que enviar las solicitudes ahora cada mes a pesar incluso aquellas empresas que aún no han recuperado actividad alguno, según fuentes de la CEOE.
"La CEOE comentó que ese tema iba a suponer una sobrecarga burocrática que podría perjudicar no solo a las empresas sino también a los trabajadores", indican las mismas fuentes. "Nos respondieron que la herramienta tecnológica que utiliza el SEPE para tramitar las solicitudes no permitía hacerlo de otra manera", añaden.
Según detalló el pasado jueves el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, 707.673 trabajadores continúan en ERTE. De ellos, más de 323.000 se deben a la segunda ola de la pandemia y a la vuelta a las restricciones, gracias a la nueva regulación que se dio a este instrumento en el decreto que prorrogaba los ERTE hasta el 31 de enero y en el que se definían dos nuevas figuras: los ERTE de limitación de actividad y los ERTE de impedimento.
El resto, unos 384.673, son trabajadores en ERTE procedentes de la antigua regulación (la que regía hasta el 30 de septiembre) y pertenecientes a empresas que siguen amparándose en los ERTE por causa de fuerza mayor. A este último grupo pertenecen la mayoría de los trabajadores que se han visto perjudicados por el cambio burocrático que les ha impedido cobrar en noviembre la prestación correspondiente a octubre.
"No sé cómo voy a pagar la hipoteca"
Pero no son los únicos. Manuel Ceacero es jefe de cocina en un restaurante de Cataluña y, aunque había retomado su actividad laboral en verano, el pasado 14 de octubre volvió a estar en ERTE por el cierre de la hostelería decretado en esa comunidad autónoma para frenar los contagios de coronavirus.
"Ya me dirás cómo vamos a pagar la hipoteca o qué navidades vamos a celebrar. Estamos hundidos y no me llega el dinero ni para pagar la manutención de mis hijos a mi exmujer", indica este hombre que lleva 30 años trabajando en la hostelería.
"Necesitamos que los políticos sean conscientes de nuestra situación y que paguen, hay gente sigue aún sin cobrar desde abril. Y si el SEPE está desbordado, que contraten más gente y lo desatasquen", concluye.
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