El anuncio de la dirección de Ford en Almussafes (Valencia) de aplicar un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) entre el 12 de febrero y el 30 de abril supone retomar este mecanismo de ajuste en el empleo siete meses después del anterior, que finalizó el 30 de junio pasado.
La factoría valenciana ha vivido desde 2020 varios procesos de ajustes de empleo, que comenzaron con la pandemia de coronavirus y se han ido renovando por problemas en los suministros o la falta de componentes, y de plantilla por la bajada de la producción, a lo que se suma ahora la incertidumbre por la transición al vehículo eléctrico.
Así, en los últimos tres años la planta de Almussafes ha encadenado una docena de ERTE -que se han ido renovando por trimestres o semestres- y tres ERE, el último de los cuales finalizó el pasado mes de diciembre.
Los ERE puestos en marcha en 2020, 2021 y 2023 supusieron que, en conjunto, Ford Almussafes se quedara a finales del año pasado en alrededor de 4.800 trabajadores, según los cálculos del sindicato mayoritario en la planta, UGT.
La dirección de la planta ha abierto esta semana el periodo de negociación de un nuevo ERTE, que afectaría desde la próxima semana y hasta final de abril a un total de 750 trabajadores al día de forma rotatoria, con un máximo de quince días por empleado, en la planta de vehículos, y una parada equivalente a cuatro días en la planta de motores.
Adiós al Transit en abril
UGT ya ha avisado de que planteará que el ERTE no vaya más allá del 28 de marzo, fecha en que comienzan las vacaciones de Semana Santa, ya que en abril se dejará de producir la furgoneta Transit y solo se fabricará el modelo Kuga, para que no se mezcle el ERTE con el excedente de personal que se genere por esta circunstancia.
Y es que la planta valenciana de Ford ha iniciado este 2024 con unos niveles de producción a la baja, con una media diaria de 950 unidades que, con el adiós definitivo de la furgoneta Transit, volverá a caer de nuevo.
Una producción que ha ido pasando en los últimos meses de las 1.150 unidades diarias a 950 ahora con la fabricación todavía de la Transit, unas 250 unidades al día para Europa y alrededor de 700 Kuga en sus distintas versiones, un modelo que será el que sostendrá de momento a la planta valenciana a la espera de la llegada de los primeros eléctricos.
Los continuos ajustes de producción han dejado la actual plantilla en algo menos de 4.900 trabajadores de los cerca de 10.000 que llegó a tener seis años atrás y que supuso récord para la factoría valenciana. Y ahora, serán más de 700 los trabajadores que se verán afectados por el este nuevo ERTE
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