Las empresas recuperan la figura de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) tras el verano y rompen la senda descendente iniciada en junio. En concreto, los trabajadores afectados por este procedimiento administrativo han crecido un 10% en la primera quincena de septiembre, superando de nuevo la barrera de las 20.000 personas que se había logrado bajar en agosto.
Con los cambios introducidos por la reforma laboral, la fórmula que experimenta los crecimientos es la de los ERTE ETOP, asociados a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Esta es la modalidad más habitual entre las empresas a pesar de ser la que cuenta con menores exoneraciones a la Seguridad Social, de apenas un 20% si se cumplen una serie de condicionantes.
Los afectados por un ERTE de estas características a 16 de septiembre ascendían a 18.500 trabajadores, frente a los 16.400 con las que se cerró agosto, según los datos avanzados este lunes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones este lunes, referentes a la primera quincena del mes.
Esto tiene sentido teniendo en cuenta que las empresas afrontan un contexto de gran incertidumbre económica, con un fuerte crecimiento de los costes energéticos y otras materias primas que obliga a las empresas a reducir la producción y ajustar sus plantillas, tal y como indican ya los índices PMI y vienen alertando las patronales desde hace ya más de un mes.
La otra alternativa que tienen las empresas es el ERTE por fuerza mayor, con exoneraciones que alcanzan el 90%, pero las empresas deben demostrar que cuentan con impedimentos o limitaciones en su actividad por motivos ajenos a su actividad. Por tanto, estos casos, que deben contar con la aprobación vía informe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, son menos habituales, con apenas cerca de 1.200 personas en los últimos meses.
Finalmente, en abril la reforma laboral introdujo el mecanismo Red, que permite a determinadas empresas reducir jornadas o suspender contratos en función de la naturaleza del shock: cíclico o sectorial. De momento, sólo se ha aprobado un mecanismo específico para el sector de las agencias de viajes, aún golpeado por la pandemia, pero su peso también es reducido, con entre 1.400 y 1.600 afectados.
El ministerio de Seguridad Social no detalla en qué sectores se están dando los nuevos registros de ERTEs, pero son varias las empresas industriales que han comunicado el inicio de expedientes en las últimas semanas. Seat, por ejemplo, ha firmado un ERTE de tres meses con los sindicatos por la falta de chips, en vigor desde el mismo 16 de septiembre y con un máximo de 10.310 trabajadores afectados en ese periodo.
La empresa maderera Finsa también está negociando un ERTE para sus centros en Galicia. Asimismo, el 14 de septiembre se conocía que ArcelorMittal ha propuesto un ERTE por causas productivas hasta final de 2023 en todos sus centros, en los que emplea 8.300 trabajadores. Estos ejemplos hacen pensar que en las próximas semanas podrían aumentar las fábricas electrointensivas que se acogerán a esta medida.
Desaceleración del empleo
Por tanto, un primer indicador de que el verano no ha sido tan positivo como se esperaba se encuentra en el empleo. El ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, ha asegurado que septiembre cerrará con 40.000 empleos más (60.000 en términos desestacionalizados). Escrivá ha destacado que la suma de 40.000 empleos es superior a los aumentos registrados en los meses de septiembre antes de la pandemia. En 2019, por ejemplo, se sumaron 3.224 afiliados respecto a agosto.
No obstante, la variación prevista para este septiembre es sustancialmente inferior a la de 2020 (cuando la afiliación creció en 84.000 personas en el contexto de recuperación de la pérdida de empleo provocada por la pandemia) y a la de 2021 (cuando ya se recuperaban los niveles precovid y, aún así, la afiliación se elevó en 57.387 personas). En todo caso, los datos que adelanta el Ejecutivo son una previsión en base al comportamiento del empleo durante la primera quincena y deberán confirmarse en la segunda parte del mes.
De confirmarse, la variación del tercer trimestre será positiva, pero habrá crecido a un ritmo inferior que en el segundo trimestre, confirmando la desaceleración anticipada a la luz de los datos de julio y agosto. Así lo constata Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE): "El crecimiento en términos desestacionalizados sería del orden del 0,5%, la mitad que en el segundo trimestre", calcula. De esta forma, "aunque se consolida el crecimiento positivo en el tercer trimestre, será menos intenso que en el segundo", sentencia.
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