Las declaraciones de José Luis Escrivá este martes pidiendo recentralizar las competencias fiscales de las comunidades autónomas han provocado un incendio con ERC y PNV a las puertas de la negociación de los Presupuestos. Si el anuncio de Juanma Moreno Bonilla de más rebaja de impuestos y bonificación total del Impuesto sobre el Patrimonio en Andalucía colocaba de nuevo al PSOE en el debate electoral contra el modelo de Isabel Díaz Ayuso, en el que salió perdedor en los comicios madrileños de mayo de 2021, pero en un relato en el que siente cómodo, las palabras del ministro de Seguridad Social enfadan a los socios prioritarios de Pedro Sánchez y ponen al Gobierno y a los que le apoyan un espejo sobre lo que dicen y lo que hacen, lo que piden para otros y lo que piden para sí mismos.
El Ejecutivo y ERC reclaman que se obligue a las autonomías a subir Patrimonio y Sucesiones, pero este plan no llega y no parece que se vaya acometer. Esta armonización al alza es en último término una recentralización, pero no se quiere llamar así, especialmente por parte de los de Esquerra. A lo que se añade que esta iniciativa implicaría en último término el fin del Cupo vasco y del Concierto navarro, uno de los mayores tabúes para el Gobierno.
Las palabras de Escrivá a primera hora en Onda cero causaron un terremoto en Cataluña. La Generalitat recibió cientos de llamadas preguntando por si esta propuesta tenía visos de ponerse en marcha y, según ha podido saber Vozpópuli, se puso en contacto con el Ministerio de Hacienda, en concreto, con la Dirección General de Tributos, que para su tranquilidad desmintió que la iniciativa tenga peso, se trata de "una ocurrencia", se les trasladó.
Las declaraciones del ministro de Seguridad Social causaron más inquietud en el Ejecutivo catalán que el anuncio de Moreno Bonilla, que aunque planteaba a los empresarios catalanes que vayan a Andalucía, ha entendido más como un ataque a Madrid, ya que interpreta que los contribuyentes que busquen impuestos bajos tendrán más comunidades entre las que elegir.
Y ello a pesar de que la propuesta de ERC que plantea en los dos últimos Presupuestos como enmienda consiste en una especie de recentralización de Patrimonio.
En el caso del País Vasco, la procesión ha ido por dentro. El consejero portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha centrado el foco en que las autonomías de régimen común tienen un sistema muy diferente al foral y ha subrayado que el Concierto Económico es una figura recogida en la Constitución y que cualquier ajuste ha de ser pactado de forma "bilateral" entre el Estado y el País Vasco.
Sin embargo, todo debate que ponga de relieve que hay dos comunidades con un régimen diferente y más beneficioso que el resto preocupa en la formación jeltzale, y llega en un momento delicado, pues les cogió con el pie cambiado comprobar el pasado 28 de julio que los dos nuevos impuestos a banca y energéticas que registraron el PSOE y Podemos en el Congreso no preveían competencia ni recaudación alguna para el País Vasco.
De hecho, primero Pedro Sánchez en el Senado y luego desde el PSOE, se han avenido a trasladar al PNV que esto se va a arreglar, por complicado que sea, dado que al no registrar los impuestos como tales sino como prestaciones patrimoniales del Estado no tributarias no tienen relación con el Concierto y los podrían reclamar también todas las comunidades de régimen común.
También se ha visto en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros a la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en el apuro de defender su política de impuestos altos frente a un PP que sólo favorece a su juicio a las rentas altas y a la vez teniendo que decir que las declaraciones de Escrivá son sólo "a título personal".
En agosto de 2021, Escrivá causó un incendio en el seno del lado socialista del Gobierno, esta vez, cuando tras reunirse con el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, aseguró que había que imponer un impuesto a las rentas altas madrileñas, lo que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se apresuró a desmentir.
Nadie habla de las pensiones
Pues bien, el ministro ha vuelto a la carga motu proprio con el tema y ha asegurado que le interesa la "discusión técnica" y que aboga por un modelo como el de Australia, más eficiente. "Es un tema sólo técnico", ha insistido.
El ministro no ha planteado matices en su propuesta, si sólo se refiere a recentralizar los Impuestos de Patrimonio y Sucesiones sobre todo para obligar a la Comunidad de Madrid a subirlos, lo que el Gobierno de Pedro Sánchez pretendía hacer y los expertos que designó para asesorarle en la reforma fiscal le dijeron que hiciera. Un proyecto que ahora ha dejado enfriar.
Nadie en el Ejecutivo ha secundado este martes a Escrivá, que en el Senado horas más tarde se ratificó. Eso sí, nadie habló este martes del anuncio que también hizo el ministro en Onda Cero: admitió por primera vez que la Comisión Europea cuestiona su reforma de las pensiones por insostenible y le pide cambios en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
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